Encontrados 192 resultados para: esposa

  • David y sus hombres se quedaron con Aquís, en Gat, cada uno con su familia, y David, con sus dos mujeres: Ajinóam, de Izreel, y Abigail, la esposa de Nabal, el de Carmel. (I Samuel 27, 3)

  • Las dos mujeres de David -Ajinóam de Izreel y Abigail, la esposa de Nabal, el de Carmel- también habían sido capturadas. (I Samuel 30, 5)

  • y el sexto, Itreám, hijo de Eglá, esposa de David. Todos estos hijos le nacieron a David en Hebrón. (II Samuel 3, 5)

  • Cuando dejó de estar de luto, David mandó a buscarla y la recibió en su casa. Ella se convirtió en su esposa y le dio un hijo. Pero lo que había hecho David desagradó al Señor. (II Samuel 11, 27)

  • ¿Por qué entonces has despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que es malo a sus ojos? ¡Tú has matado al filo de la espada a Urías, el hitita! Has tomado por esposa a su mujer, y a él lo has hecho morir bajo la espada de los amonitas. (II Samuel 12, 9)

  • Por eso, la espada nunca más se apartará de tu casa, ya que me has despreciado y has tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita. (II Samuel 12, 10)

  • Así haré que todo el pueblo se vuelva hacia ti como una esposa a su marido. Lo que tú quieres es eliminar a un solo hombre; todos los demás quedarán a salvo". (II Samuel 17, 3)

  • Él prosiguió: "Pídele por favor al rey Salomón que me dé por esposa a Abisag, la sunamita. Seguramente no te lo va a negar". (I Reyes 2, 17)

  • Ella le dijo: "Que se dé a Abisag, la sunamita, como esposa a tu hermano Adonías". (I Reyes 2, 21)

  • Salomón se emparentó con el Faraón, rey de Egipto: tomó por esposa a la hija del Faraón y la llevó a la Ciudad de David, hasta que terminó de construir su propia casa, la Casa del Señor y el muro en torno de Jerusalén. (I Reyes 3, 1)

  • el hijo de Abinadab, en todas las alturas de Dor; Tafat, hija de Salomón, era su esposa; (I Reyes 4, 11)

  • En cuanto a Guézer, el Faraón, rey de Egipto, la había atacado y conquistado, la había incendiado y matado a todos los cananeos que vivían en la ciudad, y luego se la había entregado como dote a su hija, la esposa de Salomón. (I Reyes 9, 16)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina