Encontrados 173 resultados para: entrada

  • los cortinados del atrio, las columnas con sus bases, el cortinado para la entrada del atrio, sus varillas, sus estacas, y todos los utensilios para el culto de la Morada, o sea, la Carpa del Encuentro; (Exodo 39, 40)

  • Delante del Arca del Testimonio pondrás el altar de oro para el incienso, y a la entrada de la Morada colgarás la cortina. (Exodo 40, 5)

  • Después pondrás el altar de los holocaustos delante de la entrada de la Morada; (Exodo 40, 6)

  • Levantarás el atrio alrededor, y a su entrada colgarás el cortinado correspondiente. (Exodo 40, 8)

  • Después harás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada de la Carpa del Encuentro y los lavarás con agua. (Exodo 40, 12)

  • A la entrada de la Morada colgó la cortina, (Exodo 40, 28)

  • y delante de la entrada de la Carpa del Encuentro puso el altar de los holocaustos, sobre el cual ofreció el holocausto y la oblación, conforme a la orden del Señor. (Exodo 40, 29)

  • Finalmente, levantó el atrio alrededor de la Morada y del altar, y colgó el cortinado a la entrada del atrio. De esta manera Moisés dio por terminado el trabajo. (Exodo 40, 33)

  • Si su ofrenda es un holocausto de ganado mayor, deberá presentar un animal macho y sin ningún defecto. Lo llevará a la entrada de la Carpa del Encuentro, para que sea aceptado por el Señor, (Levítico 1, 3)

  • Luego inmolará el novillo en la presencia del Señor, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, ofrecerán la sangre y la derramarán sobre todos los costados del altar que está a la entrada de la Carpa del Encuentro. (Levítico 1, 5)

  • Impondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la inmolará a la entrada de la Carpa del Encuentro, y luego los hijos de Aarón, los sacerdotes, rociarán con su sangre todos los costados del altar. (Levítico 3, 2)

  • Llevará el novillo a la entrada de la Carpa del Encuentro, impondrá su mano sobre la cabeza del mismo, y lo inmolará delante del Señor. (Levítico 4, 4)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina