Encontrados 704 resultados para: elección de la mejor parte

  • Abraham recogió la leña para el holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac; él, por su parte, tomó en sus manos el fuego y el cuchillo, y siguieron caminando los dos juntos. (Génesis 22, 6)

  • señor, escúchanos. Tú eres un privilegiado de Dios en medio de nosotros. Sepulta a tu esposa en la mejor de nuestras tumbas, ya que ninguno de nosotros te negará un sepulcro para que la entierres". (Génesis 23, 6)

  • Después Rebeca tomó una ropa de su hijo mayor Esaú, la mejor que había en la casa, y se la puso a Jacob, su hijo menor; (Génesis 27, 15)

  • y con el cuero de los cabritos le cubrió las manos y la parte lampiña del cuello. (Génesis 27, 16)

  • Labán, por su parte, al oír que se trataba de Jacob, el hijo de su hermana, corrió a saludarlo; lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa. Y cuando Jacob le contó todo lo que había sucedido, (Génesis 29, 13)

  • "Mejor es dártela a ti que a un extraño", asintió Labán. "Quédate conmigo". (Génesis 29, 19)

  • Lía, por su parte, viendo que había dejado de dar a luz, tomó a su esclava Zilpá y se la dio como mujer a Jacob. (Génesis 30, 9)

  • Jacob tomó unas ramas verdes de álamo, almendro y plátano, y trazó en ellas unas franjas blancas, dejando al descubierto la parte blanca de las ramas. (Génesis 30, 37)

  • Raquel y Lía le respondieron diciendo: "¿Tenemos todavía una parte y una herencia en la casa de nuestro padre? (Génesis 31, 14)

  • Cuando Labán alcanzó a Jacob, este había instalado su campamento en la montaña. Labán, por su parte, acampó en la montaña de Galaad. (Génesis 31, 25)

  • Y si el Dios de mi padre -el Dios de Abraham y el Terror de Isaac- no hubiera estado de mi parte, me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios ha visto mi opresión y mi fatiga, y ayer por la noche pronunció su fallo". (Génesis 31, 42)

  • Labán por su parte, dijo a sus hermanos: "Recojan unas piedras". Ellos las recogieron, las amontonaron y comieron allí, sobre el montón de piedras. (Génesis 31, 46)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina