Encontrados 827 resultados para: dioses de Egipto

  • El Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo, para que Egipto se cubra de una oscuridad tan densa que se pueda palpar". (Exodo 10, 21)

  • Moisés extendió su mano hacia el cielo, y una profunda oscuridad cubrió todo el territorio de Egipto durante tres días. (Exodo 10, 22)

  • El Señor dijo a Moisés: "Voy a enviar contra el Faraón y contra Egipto una sola calamidad más, y después él los dejará partir de aquí. Más aún, cuando los haga partir, los echará de aquí definitivamente. (Exodo 11, 1)

  • El Señor, por su parte, hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios, y el mismo Moisés llegó a gozar de gran prestigio en Egipto, tanto entre los servidores del Faraón como entre el pueblo. (Exodo 11, 3)

  • Moisés dijo: "Así habla el Señor: ‘Hacia la medianoche, yo saldré a recorrer Egipto, (Exodo 11, 4)

  • Entonces resonará en todo Egipto un alarido inmenso, como nunca lo hubo ni lo habrá jamás. (Exodo 11, 6)

  • Pero contra los israelitas -ya sean hombres o animales- ni siquiera ladrará un perro, para que ustedes sepan que el Señor hace una distinción entre Israel y Egipto’. (Exodo 11, 7)

  • Luego el Señor dijo a Moisés: "El Faraón no los escuchará, para que se multipliquen mis prodigios en el país de Egipto". (Exodo 11, 9)

  • Luego el Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto: (Exodo 12, 1)

  • Esa noche yo pasaré por el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto hombres como animales, y daré un justo escarmiento a los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. (Exodo 12, 12)

  • La sangre les servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Al verla, yo pasaré de largo, y así ustedes se librarán del golpe del Exterminador, cuando yo castigue al país de Egipto. (Exodo 12, 13)

  • Ustedes celebrarán la fiesta de los Ácimos, porque ese día hice salir de Egipto a los ejércitos de Israel. Observarán este día a lo largo de las generaciones como una institución perpetua. (Exodo 12, 17)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina