Encontrados 49 resultados para: diga

  • y dio esta orden a sus servidores: "¡Fíjense bien! Cuando Amnón se haya puesto alegre con el vino y yo les diga: ‘Hieran a Amnón’, ustedes lo matarán. No tengan miedo, porque soy yo el que lo ordeno. ¡Tengan ánimo y sean valientes!". (II Samuel 13, 28)

  • Pero Jonadab, hijo de Simeá, hermano de David, tomó la palabra y dijo: "Que mi señor no diga que han matado a todos los jóvenes hijos del rey. Sólo ha muerto Amnón, porque Absalón ya había pronunciado la sentencia desde el día en que aquel violó a su hermana Tamar. (II Samuel 13, 32)

  • Luego te presentarás ante el rey y le repetirás exactamente lo que yo te diga". Y Joab le explicó todo lo que debía decir. (II Samuel 14, 3)

  • "Al que te diga algo, añadió el rey, tráelo aquí y no volverá a molestarte más". (II Samuel 14, 10)

  • Elías el tisbita, de Tisbé en Galaad, dijo a Ajab: "¡Por la vida del Señor, el Dios de Israel, a quien yo sirvo, no habrá estos años rocío ni lluvia, a menos que yo lo diga!". (I Reyes 17, 1)

  • Pero Miqueas replicó: "¡Por la vida del Señor, sólo diré lo que el Señor me diga!". (I Reyes 22, 14)

  • Luego hizo ensillar el asna y dijo a su servidor: "Toma la rienda y camina. No me detengas por el camino, a no ser que yo te lo diga". (II Reyes 4, 24)

  • Que se mantenga firme, y que tu Nombre sea engrandecido para siempre. Que se diga: ‘¡El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel, es Dios para Israel!’. Y que la casa de David, tu servidor, esté bien afianzada delante de ti. (I Crónicas 17, 24)

  • Pero Miqueas replicó: "¡Por la vida del Señor, sólo diré lo que mi Dios me diga!". (II Crónicas 18, 13)

  • Ajior, jefe de todos los amonitas le respondió: "Si me escuchas un momento, te haré conocer la verdad acerca de este pueblo que habita en las montañas contiguas a las que tú ocupas; y nada de lo que yo te diga será falso. (Judit 5, 5)

  • ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde ahora y para siempre! Y todo el pueblo diga: ¡Amén! ¡Aleluya! (Salmos 106, 48)

  • Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! (Salmos 118, 2)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina