Encontrados 1215 resultados para: descendientes de David

  • Por eso pensamos que si algún día nos llegan a hacer ese reproche, a nosotros o a nuestros descendientes, les podremos responder: ‘Miren la figura del altar del Señor que hicieron nuestros padres, no para ofrecer holocaustos y sacrificios, sino para que esté como testigo entre nosotros y ustedes’. (Josué 22, 28)

  • Jéber, el quenita, se había separado de Caín, de los descendientes de Jobab, el suegro de Moisés, y había extendido su campamento hasta la encina de Saananím, cerca de Quédes. (Jueces 4, 11)

  • Las vecinas le dieron un nombre, diciendo: "Le ha nacido un hijo a Noemí", y lo llamaron Obed. Este fue el padre de Jesé, el padre de David. (Rut 4, 17)

  • Obed fue padre de Jesé y Jesé fue padre de David. (Rut 4, 22)

  • Sin embargo, mantendré a algunos de tus descendientes cerca de mi altar, para que se consuman tus ojos y se desgaste tu vida; pero todos los vástagos de tu casa morirán en la flor de la edad. (I Samuel 2, 33)

  • Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David. Samuel, por su parte, partió y se fue a Ramá. (I Samuel 16, 13)

  • Entonces Saúl envió unos mensajeros a Jesé para decirle: "Envíame a tu hijo David, que está con el rebaño". (I Samuel 16, 19)

  • Jesé tomó un asno, pan, un odre de vino y un cabrito, y se los envió a Saúl con su hijo David. (I Samuel 16, 20)

  • David se presentó a Saúl y se puso a su servicio. Saúl le tomó un gran afecto y lo hizo su escudero. (I Samuel 16, 21)

  • Luego mandó decir a Jesé: "Que David se quede a mi servicio porque me ha caído bien". (I Samuel 16, 22)

  • Y cuando un espíritu de Dios asaltaba a Saúl, David tomaba la cítara y tocaba. Saúl se calmaba y se sentía aliviado, y el mal espíritu se retiraba de él. (I Samuel 16, 23)

  • David era hijo de aquel Efrateo de Belén de Judá, llamado Jesé, que tenía ocho hijos. En tiempos de Saúl, Jesé era ya un hombre viejo, de edad avanzada, (I Samuel 17, 12)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina