Encontrados 173 resultados para: demás

  • Que el Señor los haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes. (I Tesalonicenses 3, 12)

  • Por lo demás, hermanos, les rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía. (I Tesalonicenses 4, 1)

  • Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios a causa de ustedes, y es justo que lo hagamos, porque la fe de ustedes progresa constantemente y se acrecienta el amor de cada uno hacia los demás. (II Tesalonicenses 1, 3)

  • Que las mujeres sean igualmente dignas, discretas para hablar de los demás, sobrias y fieles en todo. (I Timoteo 3, 11)

  • A los que incurran en pecado, repréndelos públicamente, para que sirva de escarmiento a los demás. (I Timoteo 5, 20)

  • Por lo demás, los que quieran ser fieles a Dios en Cristo Jesús, tendrán que sufrir persecución. (II Timoteo 3, 12)

  • Los pecadores y los impostores, en cambio, irán de mal en peor, y engañando a los demás, se engañarán a sí mismos. (II Timoteo 3, 13)

  • porque Demas me ha abandonado por amor a este mundo. Él se fue a Tesalónica, Crescente emprendió viaje a Galacia, y Tito, a Dalmacia. (II Timoteo 4, 10)

  • así como también Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. (Filemon 1, 24)

  • En fin, vivan todos unidos, compartan las preocupaciones de los demás, ámense como hermanos, sean misericordiosos y humildes. (I Pedro 3, 8)

  • Pongan al servicio de los demás los dones que han recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. (I Pedro 4, 10)

  • De la misma manera, ustedes, los jóvenes, sométanse a los presbíteros. Que cada uno se revista de sentimientos de humildad para con los demás, porque Dios se opone a los orgullosos y da su ayuda a los humildes. (I Pedro 5, 5)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina