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  • Estos son los reyes que Josué y los israelitas derrotaron en el lado occidental del Jordán -desde Baal Gad, en el valle del Líbano, hasta la montaña Desnuda, que sube hacia Seir- cuyos territorios Josué entregó en posesión a cada una de las tribus de Israel, (Josué 12, 7)

  • Pero ahora se ríe de mí hasta la gente más joven que yo, a cuyos padres yo no consideraba dignos de juntarlos con los perros de mis rebaños. (Job 30, 1)

  • Luego Jonatán partió de allí y acampó frente a Ascalón, cuyos habitantes salieron a recibirlo con grandes honores. (I Macabeos 10, 86)

  • ya que tuvieron por dioses a todos los ídolos de las naciones, que no pueden valerse de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de los oídos para oír, ni de los dedos de las manos para tocar, y cuyos pies no sirven para caminar. (Sabiduría 15, 15)

  • ¡Enmudezcan, habitantes de la costa, comerciantes de Sidón, cuyos emisarios atraviesan el mar, (Isaías 23, 2)

  • ¿Es esta la ciudad alegre, la de orígenes remotos, cuyos pasos la llevaron a colonias lejanas? (Isaías 23, 7)

  • ¿Quién ha concebido esto contra Tiro, la que repartía coronas, cuyos comerciantes eran príncipes y sus mercaderes, grandes de la tierra? (Isaías 23, 8)

  • Las casas de Jerusalén y las casas de los reyes de Judá serán impuras como el lugar de Tófet: sí, todas esas casas sobre cuyos techos se quemó incienso a todo el Ejército de los cielos y se derramaron libaciones a otros dioses. (Jeremías 19, 13)

  • Los caldeos que combaten contra esta ciudad entrarán en ella, le prenderán fuego y la quemarán, con las casas sobre cuyos techos se quemaba incienso a Baal y se derramaban libaciones a otros dioses, a fin de agraviarme. (Jeremías 32, 29)

  • Y a los hombres que transgredieron mi alianza, que no cumplieron las cláusulas del pacto que habían concertado en mi presencia, los trataré como al ternero que ellos cortaron en dos y entre cuyos pedazos pasaron. (Jeremías 34, 18)

  • Entonces sabrán que yo soy el Señor, cuyos preceptos ustedes no han seguido y cuyas leyes no han practicado, porque han imitado las costumbres de las naciones que están a su alrededor, (Ezequiel 11, 12)

  • Ellos entonarán por ti esta lamentación: "¡Cómo has desaparecido, barrida por los mares, tú, ciudad tan ilustre, poderosa en el mar, cuyos habitantes infundían terror en todo el continente! (Ezequiel 26, 17)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina