Encontrados 26 resultados para: curar

  • Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. (Marcos 6, 5)

  • Su fama se extendía cada vez más y acudían grandes multitudes para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. (Lucas 5, 15)

  • Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar. (Lucas 5, 17)

  • para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; (Lucas 6, 18)

  • Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a curar a su servidor. (Lucas 7, 3)

  • Una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años y a quien nadie había podido curar, (Lucas 8, 43)

  • Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. (Lucas 9, 1)

  • Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: «Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado». (Lucas 13, 14)

  • Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: «¿Está permitido curar en sábado o no?». (Lucas 14, 3)

  • Cuando supo que Jesús había llegado de Judea y se encontraba en Galilea, fue a verlo y le suplicó que bajara a curar a su hijo moribundo. (Juan 4, 47)

  • a otro, la fe, también en el mismo Espíritu. A este se le da el don de curar, siempre en ese único Espíritu; (I Corintios 12, 9)

  • En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas. (I Corintios 12, 28)


“O Coração de Jesus não deixará cair no vazio a nossa oração se ela for plena de fé e de confiança.” São Padre Pio de Pietrelcina