Encontrados 186 resultados para: cuatro

  • Cuando avanzaban, podían ir en las cuatro direcciones y no se volvían al avanzar, porque iban derecho hacia el lugar adonde estaba orientada la cabeza, sin volverse al avanzar. (Ezequiel 10, 11)

  • Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos y sus alas, lo mismo que las ruedas, estaban llenas de ojos, alrededor de las cuatro ruedas. (Ezequiel 10, 12)

  • Cada uno de ellos tenía cuatro rostros: el primero era un rostro de querubín, el segundo, un rostro de hombre, el tercero, un rostro de león y el cuarto, un rostro de águila. (Ezequiel 10, 14)

  • Cada uno tenía cuatro rostros y cuatro alas, y una especie de manos de hombre debajo de sus alas. (Ezequiel 10, 21)

  • Así habla el Señor: Aunque yo envié contra Jerusalén mis cuatro terribles castigos -la espada, el hambre, las bestias feroces y la peste- para extirpar de ella a hombres y animales, (Ezequiel 14, 21)

  • Entonces el Señor me dijo: "Convoca proféticamente al espíritu, profetiza, hijo de hombre. Tú dirás al espíritu: Así habla el Señor: Ven, espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que revivan". (Ezequiel 37, 9)

  • este tenía cuatro metros, y sus pilares eran de un metro. El vestíbulo de la puerta estaba situado hacia el interior. (Ezequiel 40, 9)

  • Había cuatro mesas de un lado de la puerta, y cuatro del otro, es decir, ocho mesas para inmolar las víctimas. (Ezequiel 40, 41)

  • Además, había cuatro mesas para el holocausto, talladas en piedra, que tenían setenta y cinco centímetros de largo, setenta y cinco de ancho y cincuenta de alto. Sobre ellas se depositaban los instrumentos para inmolar las víctimas del holocausto y de los sacrificios. (Ezequiel 40, 42)

  • Él midió los cuatro costados, y allí había un muro circundante de doscientos cincuenta metros de largo por doscientos cincuenta de ancho, para separar lo sagrado de lo profano. (Ezequiel 42, 20)

  • Desde allí hasta el ara del altar había dos metros, y por encima de ella sobresalían cuatro cuernos. (Ezequiel 43, 15)

  • Luego tomarás una parte de su sangre y la echarás sobre los cuatro cuernos del altar, sobre los cuatro ángulos del zócalo y alrededor de todo su reborde. Así le quitarás el pecado y harás la expiación por él. (Ezequiel 43, 20)


“Peçamos a São José o dom da perseverança até o final”. São Padre Pio de Pietrelcina