Encontrados 230 resultados para: construcción del arca
Los ancianos de los judíos llevaron adelante la obra, bajo el impulso del profeta Ageo y de Zacarías, hijo de Idó. Así terminaron la construcción, conforme a la orden del Dios de Israel y a los decretos de Ciro y Darío. (Esdras 6, 14)
entregó su Fortaleza al cautiverio, su Arca gloriosa en manos del enemigo. (Salmos 78, 61)
Sí, oímos hablar del Arca en Efratá, y la encontramos en los campos de Jaar. (Salmos 132, 6)
¡Levántate, Señor, entra en el lugar de tu Reposo, tú y tu Arca poderosa! (Salmos 132, 8)
Los gastos para las obras de construcción y reparación del Santuario, correrán por cuenta del rey. (I Macabeos 10, 44)
También estarán a cargo del rey la construcción de las murallas de Jerusalén y la fortificación de su recinto, lo mismo que la reconstrucción de las murallas en las ciudades de Judea". (I Macabeos 10, 45)
Se decía en el escrito cómo el profeta, advertido por un oráculo, mandó llevar con él la Carpa y el Arca, y cómo partió hacia la montaña donde Moisés había subido para contemplar la herencia de Dios. (II Macabeos 2, 4)
Al llegar, Jeremías encontró una caverna: allí introdujo la Carpa, el Arca y el altar del incienso y clausuró la entrada. (II Macabeos 2, 5)
Porque así como al arquitecto de una casa nueva, le corresponde preocuparse de toda la construcción, en tanto que los decoradores y pintores sólo se ocupan de la ornamentación, pienso que lo mismo sucede con nosotros: (II Macabeos 2, 29)
De esta manera, el dinero asignado por el donante al sacrificio de Hércules fue destinado, por voluntad de los portadores, a la construcción de trirremes. (II Macabeos 4, 20)
Construcción trabada con vigas de madera no se desmorona por un terremoto: así, un corazón afirmado en una convicción madura no se acobardará llegado el momento. (Eclesiástico 22, 16)
Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días -oráculo del Señor- ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar. (Jeremías 3, 16)