Encontrados 190 resultados para: consejo sabio
No pidas consejo a una mujer sobre su rival, ni a un cobarde sobre la guerra, ni a un comerciante sobre un negocio, ni a un comprador sobre una venta, ni a un envidioso sobre la gratitud, ni a un despiadado sobre un beneficio, ni a un perezoso sobre cualquier trabajo, ni al que trabaja por horas sobre la conclusión de una obra, ni a un servidor holgazán sobre un trabajo difícil: no cuentes con estos para ningún consejo. (Eclesiástico 37, 11)
Principio de toda obra es la conversación, y antes de toda acción, está el consejo. (Eclesiástico 37, 16)
El que es sabio de labios para afuera, se hace odioso y acabará sin tener qué comer: (Eclesiástico 37, 20)
Si un hombre es sabio para sí mismo, los frutos de su inteligencia están en su boca y son dignos de fe. (Eclesiástico 37, 22)
Un hombre sabio instruye a su propio pueblo y los frutos de su inteligencia son dignos de fe. (Eclesiástico 37, 23)
Un hombre sabio es colmado de bendiciones y, al verlo, todos lo felicitan. (Eclesiástico 37, 24)
Un hombre sabio se gana la confianza de su pueblo y su nombre sobrevive para siempre. (Eclesiástico 37, 26)
La sabiduría del escriba exige tiempo y dedicación, y el que no está absorbido por otras tareas, se hará sabio. (Eclesiástico 38, 24)
¿Cómo se hará sabio el que maneja el arado y se enorgullece de empuñar la picana, el que guía los bueyes, trabaja con ellos, y no sabe hablar más que de novillos? (Eclesiástico 38, 25)
Todos ellos confían en sus manos, y cada uno se muestra sabio en su oficio. (Eclesiástico 38, 31)
Pero no se los buscará para el consejo del pueblo ni tendrán preeminencia en la asamblea; no se sentarán en el tribunal del juez ni estarán versados en los decretos de la Alianza. (Eclesiástico 38, 33)
dirigirá rectamente su consejo y su ciencia y reflexionará sobre los secretos de Dios; (Eclesiástico 39, 7)