Encontrados 25 resultados para: consagró

  • Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado. (Génesis 2, 3)

  • En seguida Moisés tomó el óleo de la unción, ungió la Morada y todo lo que había en ella, y así los consagró. (Levítico 8, 10)

  • Luego derramó óleo sobre la cabeza de Aarón y lo consagró por medio de la unción. (Levítico 8, 12)

  • y Moisés la inmoló. Entonces tomó la sangre y mojó con el dedo cada uno de los cuernos del altar, para purificarlo. Luego derramó la sangre sobre la base del altar. Así lo consagró, realizando sobre él el rito de expiación. (Levítico 8, 15)

  • Moisés tomó en seguida el óleo de la unción y la sangre que estaba sobre el altar, e hizo una aspersión sobre Aarón, sobre sus hijos y sus vestiduras. De esta manera consagró a Aarón, a sus hijos, y también sus vestiduras. (Levítico 8, 30)

  • Y si el que consagró su casa desea rescatarla, deberá añadir un quinto a la suma en que ha sido tasada, y así volverá a ser suya. (Levítico 27, 15)

  • Si el que consagró su campo lo quiere rescatar, tendrá que añadir un quinto a la suma en que ha sido tasado, y así volverá a ser suyo. (Levítico 27, 19)

  • Cuando Moisés terminó de erigir la Morada, la ungió y la consagró, junto con todo su mobiliario, y lo mismo hizo con el altar y sus utensilios. Y una vez que la ungió y la consagró, (Números 7, 1)

  • Y Josué no retiró la mano con que sostenía la jabalina hasta que consagró al exterminio a todos los habitantes de Ai. (Josué 8, 26)

  • y ese mismo día la tomaron y la pasaron al filo de la espada. Aquel día Josué consagró al exterminio a todos los seres vivientes que había en la ciudad, exactamente como había hecho con Laquís. (Josué 10, 35)

  • la tomaron, y pasaron al filo de la espada a la ciudad, a su rey, a sus otras ciudades y a todos los seres vivientes que había en ella. Josué no dejó a nadie con vida, sino que hizo con ella lo mismo que había hecho con Eglón: consagró al exterminio a la ciudad y a todos los seres vivientes que había en ella. (Josué 10, 37)

  • Así Josué conquistó toda la región: la Montaña, el Négueb, la Sefelá y los declives de la Montaña, con todos sus reyes. No dejó a nadie con vida, sino que consagró al exterminio a todos los seres vivientes, como el Señor, el Dios de Israel, le había ordenado. (Josué 10, 40)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina