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en cambio, el que ama a Dios es reconocido por Dios. (I Corintios 8, 3)
Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible. (I Corintios 9, 25)
En cambio, el que profetiza habla a los hombres para edificarlos, exhortarlos y reconfortarlos. (I Corintios 14, 3)
Esto quiere decir que el don de lenguas es un signo, no para los que creen, sino para los que se niegan a creer; la profecía, en cambio, es para los que tienen fe. (I Corintios 14, 22)
En cambio, si todos profetizan y entra alguno de esos hombres, todos podrán convencerlo y examinarlo. (I Corintios 14, 24)
Esto es lo que dice la Escritura: El primer hombre, Adán, fue creado como un ser viviente; el último Adán, en cambio, es un ser espiritual que da la Vida. (I Corintios 15, 45)
Nosotros, en cambio, con el rostro descubierto, reflejamos, como en un espejo, la gloria del Señor, y somos transfigurados a su propia imagen con un esplendor cada vez más glorioso, por la acción del Señor, que es Espíritu. (II Corintios 3, 18)
En él hay cabida para todos ustedes; en cambio, en el de ustedes no la hay para nosotros. (II Corintios 6, 12)
Esa tristeza produce un arrepentimiento que lleva a la salvación y no se debe lamentar; en cambio, la tristeza del mundo produce la muerte. (II Corintios 7, 10)
Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente. (II Corintios 9, 6)
Porque algunos dicen: «Sus cartas son enérgicas y severas; en cambio, su presencia resulta insignificante y su palabra despreciable». (II Corintios 10, 10)
El hijo de la esclava nació según la carne; en cambio, el hijo de la mujer libre, nació en virtud de la promesa. (Gálatas 4, 23)