Encontrados 23 resultados para: arpas

  • Entraron en Jerusalén, en la Casa del Señor, al son de arpas, cítaras y trompetas. (II Crónicas 20, 28)

  • El rey instaló a los levitas en el Templo del Señor, con címbalos, arpas y cítaras, como lo habían ordenado David, Gad, el vidente del rey, y el profeta Natán: este era, en efecto, un mandamiento de Dios, que había sido dado por medio de sus profetas. (II Crónicas 29, 25)

  • Cuando se dedicaron las murallas de Jerusalén, se fue a buscar a los levitas de todos los sitios donde vivían para llevarlos a Jerusalén, a fin de celebrar alegremente esa dedicación, con cantos de acción de gracias y con música de címbalos, arpas y cítaras. (Nehemías 12, 27)

  • tus vestiduras exhalan perfume de mirra, áloe y acacia. Las arpas te alegran desde los palacios de marfil; (Salmos 45, 9)

  • Este fue dedicado con cantos, cítaras, arpas y címbalos, justamente en el mismo mes y en el mismo día en que los paganos lo habían profanado. (I Macabeos 4, 54)

  • Los judíos entraron en ella el día veintitrés del segundo mes del año ciento setenta y uno, con vítores y palmas, al son de arpas, címbalos y cítaras, y entonando himnos y cantos, porque un gran enemigo había sido exterminado de Israel. (I Macabeos 13, 51)

  • Reconozcan que su Nombre es grande, denle gracias, proclamando su alabanza, con cantos en los labios y con arpas, y digan en la acción de gracias: (Eclesiástico 39, 15)

  • Tu majestad ha sido precipitada al Abismo, junto con el sonido de tus arpas; tienes debajo de ti un colchón de gusanos y te cubren las lombrices". (Isaías 14, 11)

  • Aleja de mí el bullicio de tus cantos, no quiero oír el sonido de tus arpas. (Amós 5, 23)

  • Oí entonces una voz que venía del cielo, semejante al estrépito de un torrente y al ruido de un fuerte trueno, y esa voz era como un concierto de arpas: (Apocalipsis 14, 2)

  • También vi como un mar de cristal, mezclado de fuego. Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre, estaban de pie sobre el mar, teniendo en sus manos grandes arpas, (Apocalipsis 15, 2)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina