Encontrados 234 resultados para: animales puros

• porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?». Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos. (Marcos 7, 19)

• ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?». (Juan 4, 12)

• Lo miré atentamente y vi que había en él cuadrúpedos, animales salvajes, reptiles y aves. (Hechos 11, 6)

• sino que solamente se les debe escribir, pidiéndoles que se abstengan de lo que está contaminado por los ídolos, de las uniones ilegales, de la carne de animales muertos sin desangrar y de la sangre. (Hechos 15, 20)

• que se abstengan de la carne inmolada a los ídolos, de la sangre, de la carne de animales muertos sin desangrar y de las uniones ilegales. Harán bien en cumplir todo esto. Adiós». (Hechos 15, 29)

• En cuanto a los paganos que abrazaron la fe, les hemos enviado nuestras decisiones, a saber: que se abstengan de la carne inmolada a los ídolos, de la sangre, de la carne de animales muertos sin desangrar y de las uniones ilegales». (Hechos 21, 25)

• No todos los cuerpos son idénticos: una es la carne de los hombres, otra la de los animales, otra la de las aves y otra la de los peces. (I Corintios 15, 39)

• a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo, (Filipenses 1, 10)

• Aquellos, en cambio, anuncian a Cristo por espíritu de discordia, por motivos que no son puros, creyendo que así aumentan el peso de mis cadenas. (Filipenses 1, 17)

• así serán irreprochables y puros, hijos de Dios sin mancha, en medio de una generación extraviada y pervertida, dentro de la cual ustedes brillan como haces de luz en el mundo, (Filipenses 2, 15)

• Uno de ellos, su propio profeta, ha dicho: «Cretenses, eternos mentirosos, animales perversos, glotones y perezosos». (Tito 1, 12)

• Todo es puro para los puros. En cambio, para los que están contaminados y para los incrédulos, nada es puro. Su espíritu y su conciencia están manchados. (Tito 1, 15)