Encontrados 3037 resultados para: ana

  • Porque la Buena Noticia ha sido anunciada a los muertos, para que ellos, después de haber sido juzgados en la carne conforme a su condición humana, vivan por el Espíritu con la vida de Dios. (I Pedro 4, 6)

  • Me parece justo que los mantenga despiertos, recordándoles esto mientras yo viva en esta tienda de campaña, (II Pedro 1, 13)

  • Nosotros oímos esta voz que venía del cielo, mientras estábamos con él en la montaña santa. (II Pedro 1, 18)

  • Así hemos visto confirmada la palabra de los profetas, y ustedes hacen bien en prestar atención a ella, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que despunte el día y aparezca el lucero de la mañana en sus corazones. (II Pedro 1, 19)

  • Porque ninguna profecía ha sido anunciada por voluntad humana, sino que los hombres han hablado de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo. (II Pedro 1, 21)

  • sufriendo así el castigo en pago de su iniquidad. Ellos se deleitan entregándose a la depravación en pleno día; son hombres viciosos y corrompidos, que se gozan en engañarlos mientras comen con ustedes. (II Pedro 2, 13)

  • pero él encontró quien le reprochara su falta: un animal de carga pronunció palabras humanas y puso freno a la insensatez del profeta. (II Pedro 2, 16)

  • Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. (I Juan 1, 8)

  • No amen al mundo ni las cosas mundanas. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. (I Juan 2, 15)

  • Esto es lo que quería escribirles acerca de los que intentan engañarlos. (I Juan 2, 26)

  • Lo mismo pasa con estos impíos: en su delirio profanan la carne, desprecian la Soberanía e injurian a los ángeles gloriosos. (Judas 1, 8)

  • Su cabeza y sus cabellos tenían la blancura de la lanay de la nieve; sus ojos parecíanllamas de fuego; (Apocalipsis 1, 14)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina