Encontrados 75 resultados para: altura

  • Porque así habla el que es alto y excelso, el que habita en una morada eterna, aquel cuyo Nombre es santo: Yo habito en una altura santa, pero estoy con el contrito y humillado, para reavivar los espíritus humillados, para reavivar los corazones contritos. (Isaías 57, 15)

  • "Miqueas de Moréset profetizó en los días de Ezequías, rey de Judá, y dijo a todo el pueblo de Judá: Así habla el Señor de los ejércitos: Sión será un campo arado, Jerusalén, un montón de ruinas, y la montaña del Templo, una altura boscosa. (Jeremías 26, 18)

  • Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor, hacia el trigo, el vino nuevo y el aceite, hacia las crías de ovejas y de vacas. Sus almas serán como un jardín bien regado y no volverán a desfallecer. (Jeremías 31, 12)

  • Te engañó tu suficiencia, la soberbia de tu corazón, a ti, que habitas en las hendiduras de la roca, que ocupas la altura de una colina. Aunque eleves tu nido como el águila, de allí te precipitaré -oráculo del Señor-. (Jeremías 49, 16)

  • En lo que respecta a las columnas, la altura de una columna era de nueve metros; un hilo de seis metros medía su circunferencia; su espesor era de cuatro dedos, y era hueca por dentro. (Jeremías 52, 21)

  • Estaba rematada por un capitel de bronce, y la altura del capitel era de dos metros y medio. Sobre el capitel, todo alrededor, había una moldura en forma de red y de granadas, todo de bronce. La segunda columna, con sus granadas, era igual a la primera. (Jeremías 52, 22)

  • Le salieron unas ramas vigorosas, que fueron cetros de soberanos. Su talla se elevó por encima del follaje, era bien visible por su altura, por la abundancia de sus ramas. (Ezequiel 19, 11)

  • A un ciprés, a un cedro del Líbano, de hermoso ramaje, de follaje tupido, de altura tan elevada que su copa emerge entre las nubes. (Ezequiel 31, 3)

  • Por eso superó en altura a todos los árboles del campo; su ramaje se hizo frondoso y se alargaron sus ramas, regadas por las aguas caudalosas, cuando él echaba sus brotes. (Ezequiel 31, 5)

  • Por eso, así habla el Señor: Por haberse elevado tan alto, por haber erguido su copa entre las nubes, y por haberse ensoberbecido a causa de su altura, (Ezequiel 31, 10)

  • para que ningún árbol plantado junto a las aguas se eleve tan alto ni levante su copa entre las nubes, y para que ningún árbol bien regado intente erguirse hasta ellas con toda su altura. ¡Porque todos están destinados a la muerte, a las regiones profundas, en medio de los seres humanos que bajan a la Fosa! (Ezequiel 31, 14)

  • Allí había un muro, que rodeaba toda la parte exterior de la Casa. La vara de medir que el hombre tenía en la mano era de seis codos, a razón de codo y palmo, es decir, de medio metro por cada codo. El hombre midió el espesor y la altura de la construcción, y ambos medían una vara. (Ezequiel 40, 5)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina