Encontrados 469 resultados para: agua de la roca

  • Véndeme las provisiones necesarias para comer, y dame también, a cambio de dinero, agua para beber. Te pido solamente que me dejes pasar, (Deuteronomio 2, 28)

  • y te condujo por ese inmenso y temible desierto, entre serpientes abrasadoras y escorpiones. No olvides al Señor, tu Dios, que en esa tierra sedienta y sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca, (Deuteronomio 8, 15)

  • Pero no comerán la sangre, sino que la derramarás en la tierra, como si fuera agua. (Deuteronomio 12, 16)

  • Por eso, derramarás la sangre en la tierra, como si fuera agua. (Deuteronomio 12, 24)

  • De entre los animales que viven en el agua, les estará permitido comer todos aquellos que tengan aletas y escamas. (Deuteronomio 14, 9)

  • Sólo te abstendrás de comer la sangre: la derramarás en la tierra como si fuera agua. (Deuteronomio 15, 23)

  • la llevarán hasta un arroyo de agua perenne, a un lugar donde no se cultiva ni se siembra, y la desnucarán junto al arroyo. (Deuteronomio 21, 4)

  • Porque ellos no se adelantaron para ofrecerles agua y alimento, cuando ustedes iban por el camino, a la salida de Egipto; y porque Moab contrató a Balaam, hijo de Beor, que era de Petor en Arám Naharaim, a fin de que te maldijera. (Deuteronomio 23, 5)

  • Él es la Roca: su obra es perfecta, todos sus caminos son justos; es un Dios fiel y sin falsedad, justiciero y recto. (Deuteronomio 32, 4)

  • Lo puso encima de las alturas del país, para que comiera los frutos de los campos; lo alimentó con miel de los peñascos, con aceite de la roca dura; (Deuteronomio 32, 13)

  • Así engordó Iesurún y dio patadas -¡sí, engordaste, te pusiste obeso y corpulento!- . Él rechazó al Dios que lo creó, despreció a su Roca salvadora. (Deuteronomio 32, 15)

  • Así despreciaste a la Roca que te engendró, olvidaste al Dios que te hizo nacer. (Deuteronomio 32, 18)


“Os talentos de que fala o Evangelho são os cinco sentidos, a inteligência e a vontade. Quem tem mais talentos, tem maior dever de usá-los para o bem dos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina