Encontrados 698 resultados para: adorar en espíritu y en verdad

  • Acán respondió a Josué: "Es verdad, he pecado contra el Señor, el Dios de Israel. Esto es lo que hice: (Josué 7, 20)

  • El espíritu del Señor descendió sobre Otniel: él fue juez en Israel y salió a combatir. El Señor entregó en sus manos a Cusán Riseataim, rey de Edóm, y su mano prevaleció sobre él. (Jueces 3, 10)

  • Entonces el espíritu del Señor descendió sobre Gedeón: él tocó la trompeta, y los de Abiézer se reunieron detrás de él. (Jueces 6, 34)

  • Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, se postró para adorar. Luego regresó al campamento de Israel, y dijo: "¡Arriba! El Señor ha puesto en manos de ustedes el campamento de Madián". (Jueces 7, 15)

  • Pero Dios envió un espíritu de discordia entre Abimélec y los señores de Siquém, y estos traicionaron a Abimélec. (Jueces 9, 23)

  • El espíritu del Señor descendió sobre Jefté, y este recorrió Galaad y Manasés, pasó por Mispá de Galaad y desde allí avanzó hasta el país de los amonitas. (Jueces 11, 29)

  • Y el espíritu del Señor comenzó a actuar sobre él en el Campamento de Dan, entre Sorá y Estaol. (Jueces 13, 25)

  • El espíritu del Señor se apoderó de él, y Sansón, sin tener nada en la mano, despedazó al león como se despedaza un cabrito. Pero él no contó ni a su padre ni a su madre lo que había hecho. (Jueces 14, 6)

  • Luego el espíritu del Señor se apoderó de Sansón; él bajó a Ascalón y allí mató a treinta hombres. Después de recoger sus despojos, entregó la ropa a los que habían acertado la adivinanza, y regresó furioso a la casa de su padre. (Jueces 14, 19)

  • Cuando estaban por llegar a Lejí, los filisteos le salieron al encuentro dando gritos de triunfo. Entonces el espíritu del Señor se apoderó de él: las cuerdas que sujetaban sus brazos fueron como hilos de lino quemados por el fuego y las ataduras se deshicieron entre sus manos. (Jueces 15, 14)

  • Es verdad que a mí me toca responder por ti, pero hay otro pariente más cercano que yo. (Rut 3, 12)

  • Este hombre subía cada año desde su ciudad, para adorar y ofrecer sacrificios al Señor en Silo. Allí eran sacerdotes del Señor, Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí. (I Samuel 1, 3)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina