Encontrados 172 resultados para: adoración de ídolos

  • Entonces encontraron debajo de las túnicas de cada uno de los muertos objetos consagrados a los ídolos de Iamnia, que la Ley prohibe tener a los judíos. Así se puso en evidencia para todos que esa era la causa por la que habían caído. (II Macabeos 12, 40)

  • Por eso también serán juzgados los ídolos de las naciones, ya que, entre las criaturas de Dios, se convirtieron en una abominación, en motivo de escándalo para las almas de los hombres y en una trampa para los pies de los insensatos. (Sabiduría 14, 11)

  • La invención de los ídolos es el origen de la fornicación, y su descubrimiento, la corrupción de la vida. (Sabiduría 14, 12)

  • y la gente, seducida por el encanto de la obra, convirtió en objeto de adoración al que poco antes honraba como a un hombre. (Sabiduría 14, 20)

  • Porque el culto de los ídolos sin nombre es principio, causa y fin de todo mal, (Sabiduría 14, 27)

  • y como ellos ponen su confianza en ídolos sin vida, no esperan ningún daño de sus falsos juramentos. (Sabiduría 14, 29)

  • Pero recibirán su merecido por un doble motivo: porque, al entregarse a los ídolos, se han hecho una falsa idea de Dios, y porque han jurado injusta y falsamente, menospreciando la santidad. (Sabiduría 14, 30)

  • ya que tuvieron por dioses a todos los ídolos de las naciones, que no pueden valerse de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de los oídos para oír, ni de los dedos de las manos para tocar, y cuyos pies no sirven para caminar. (Sabiduría 15, 15)

  • Porque es un hombre el que hizo esos ídolos, uno que recibió en préstamo el aliento, el que los modeló, pero ningún hombre puede modelar un dios semejante a sí mismo: (Sabiduría 15, 16)

  • Su país está lleno de ídolos; ellos se postran ante la obra de sus manos, ante lo que fabricaron sus propios dedos. (Isaías 2, 8)

  • y hasta el último de los ídolos desaparecerá. (Isaías 2, 18)

  • Aquel día, el hombre arrojará a los topos y a los murciélagos los ídolos de plata y los ídolos de oro que se había fabricado para adorarlos, (Isaías 2, 20)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina