Encontrados 119 resultados para: Vista

  • Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; y tu vista se consumirá de tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada. (Deuteronomio 28, 32)

  • Ella les dijo: "Yo sé que el Señor les ha entregado este país, porque el terror que ustedes inspiran se ha apoderado de nosotros, y todos los habitantes han quedado espantados a la vista de ustedes. (Josué 2, 9)

  • Cuando los hombres de Ai volvieron la vista hacia atrás y vieron la humareda que subía de la ciudad hacia el cielo, ya no pudieron escapar ni por un lado ni por el otro, porque la gente que huía hacia el desierto se volvió contra sus perseguidores. (Josué 8, 20)

  • Entonces el Ángel del Señor tocó la carne y los panes ácimos con la punta del bastón que llevaba en la mano, y salió de la roca un fuego que los consumió. En seguida el Ángel del Señor desapareció de su vista. (Jueces 6, 21)

  • Y cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el Ángel del Señor subía en la llama del altar, a la vista de Manóaj y de su mujer, que cayeron con el rostro en tierra. (Jueces 13, 20)

  • Este tenía noventa y ocho años; había perdido la vista y no podía ver. (I Samuel 4, 15)

  • Y ahora, preséntense para ver este gran prodigio que realizará el Señor a la vista de ustedes. (I Samuel 12, 16)

  • Cuando David se volvía para bendecir a su casa, le salió al encuentro Mical, la hija de Saúl, y le dijo: "¡Hoy sí que se ha lucido el rey de Israel, mostrándose desnudo a la vista de las esclavas de sus servidores, como se desnudaría un inútil cualquiera!". (II Samuel 6, 20)

  • Tamar fue a la casa de su hermano Amnón, que estaba acostado. Tomó la harina, la amasó, preparó los buñuelos a la vista de él, y los hizo cocer. (II Samuel 13, 8)

  • Entonces le instalaron a Absalón una carpa en la azotea, y él se unió a las concubinas de su padre, a la vista de todo Israel. (II Samuel 16, 22)

  • Al proferir tus amenazas, Señor, al soplar el vendaval de tu ira, aparecieron los cauces del mar y quedaron a la vista los cimientos del mundo. (II Samuel 22, 16)

  • Así lo hizo la mujer de Jeroboám: partió hacia Silo y entró en la casa de Ajías. Este ya no podía ver, porque había perdido la vista a causa de su vejez. (I Reyes 14, 4)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina