Encontrados 75 resultados para: Viña

  • Noé se dedicó a la agricultura y fue el primero que plantó una viña. (Génesis 9, 20)

  • Si alguien hace pastar su ganado en un campo o una viña, y lo deja suelto de manera que este va a pastar también en campo ajeno, deberá indemnizar con los mejores productos de su campo y de su viña. (Exodo 22, 4)

  • No sacarás hasta el último racimo de tu viña ni recogerás los frutos caídos, sino que los dejarás para el pobre y el extranjero. Yo soy el Señor, tu Dios. (Levítico 19, 10)

  • Durante seis años sembrarás tu campo, podarás tu viña y cosecharás sus productos. (Levítico 25, 3)

  • Pero el séptimo año, la tierra tendrá un sábado de descanso, un sábado en honor del Señor: no sembrarás tu campo ni podarás tu viña; (Levítico 25, 4)

  • no segarás lo que vuelva a brotar de la última cosecha ni recogerás las uvas de tu viña que haya quedado sin podar: será un año de descanso para la tierra. (Levítico 25, 5)

  • Este quincuagésimo año será para ustedes un jubileo: no sembrarán ni segarán lo que vuelva a brotar de la última cosecha, ni vendimiarán la viña que haya quedado sin podar; (Levítico 25, 11)

  • ¿Alguien plantó una viña y todavía no recogió los primeros frutos? Que se retire y vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y otro hombre los recoja. (Deuteronomio 20, 6)

  • No sembrarás en tu viña otra clase de plantas, porque de lo contrario toda la cosecha será sagrada: tanto el producto de lo que siembres como el fruto de la viña. (Deuteronomio 22, 9)

  • Si entras en la viña de tu prójimo, podrás comer todas las uvas que quieras, hasta quedar saciado, pero no guardarás nada en tu bolsa. (Deuteronomio 23, 25)

  • Cuando recojas los racimos de tu viña, no vuelvas a buscar lo que haya quedado. Eso será para el extranjero, el huérfano y la viuda. (Deuteronomio 24, 21)

  • Te casarás con una mujer y otro gozará de ella. Construirás una casa y no la habitarás. Plantarás una viña y no recogerás sus frutos. (Deuteronomio 28, 30)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina