Encontrados 1405 resultados para: También

  • y también por mí, a fin de que encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio, (Efesios 6, 19)

  • Pablo y Timoteo, servidores de Cristo Jesús, saludan a todos los santos en Cristo Jesús, que se encuentran en Filipos, así como también a los que presiden la comunidad y a los diáconos. (Filipenses 1, 1)

  • que les ha concedido a ustedes la gracia, no solamente de creer en Cristo, sino también de sufrir por él, (Filipenses 1, 29)

  • Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás. (Filipenses 2, 4)

  • También ustedes siéntanse dichosos y alégrense conmigo. (Filipenses 2, 18)

  • En efecto, estuvo enfermo y a punto de morir, pero Dios se compadeció de él, y no sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviera otro dolor, además de los que ya tengo. (Filipenses 2, 27)

  • Porque los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que ofrecemos un culto inspirado en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, en lugar de poner nuestra confianza en la carne, aunque yo también tengo motivos para poner mi confianza en ella. (Filipenses 3, 3)

  • Él es también la Cabeza del Cuerpo, es decir, de la Iglesia. Él es el Principio, el Primero que resucitó de entre los muertos, a fin de que él tuviera la primacía en todo, (Colosenses 1, 18)

  • Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria. (Colosenses 3, 4)

  • Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría. (Colosenses 3, 5)

  • En cuanto a ustedes, patrones, concedan a sus servidores lo que es justo y razonable, recordando que también ustedes tienen un Señor en el cielo. (Colosenses 4, 1)

  • Rueguen también por nosotros, a fin de que Dios nos allane el camino para anunciar el misterio de Cristo, por el cual estoy preso, (Colosenses 4, 3)


“Um dia você verá surgir o infalível triunfo da justiça Divina sobre a injustiça humana”. São Padre Pio de Pietrelcina