Encontrados 30 resultados para: Tamar

  • David mandó a decir a Tamar: "Ve a la casa de tu hermano Amnón y prepárale la comida". (II Samuel 13, 7)

  • Tamar fue a la casa de su hermano Amnón, que estaba acostado. Tomó la harina, la amasó, preparó los buñuelos a la vista de él, y los hizo cocer. (II Samuel 13, 8)

  • Amnón dijo a Tamar: "Tráeme la comida a la habitación y dame tú misma de comer". Tamar tomó los buñuelos que había preparado y los llevó a la habitación donde estaba su hermano Amnón. (II Samuel 13, 10)

  • "¡No, hermano, replicó Tamar, no trates de forzarme, porque eso no se hace en Israel! ¡No cometas esa infamia! (II Samuel 13, 12)

  • Tamar llevaba una túnica de mangas largas, porque así vestían entonces las hijas del rey, cuando eran vírgenes. El sirviente la sacó afuera y atrancó la puerta detrás de ella. (II Samuel 13, 18)

  • Tamar se cubrió la cabeza con ceniza, desgarró su túnica de mangas largas y poniéndose las manos sobre la cabeza, se fue gritando. (II Samuel 13, 19)

  • Su hermano Absalón le dijo: "¿Fue tu hermano Amnón el que estuvo contigo? Ahora, hermana, no hables más de esto. Él es tu hermano, no tomes la cosa tan a pecho". Y Tamar se quedó desolada en casa de su hermano Absalón. (II Samuel 13, 20)

  • Absalón, por su parte, no le dirigió más la palabra a Amnón, debido al rencor que le tenía por haber violado a su hermana Tamar. (II Samuel 13, 22)

  • Pero Jonadab, hijo de Simeá, hermano de David, tomó la palabra y dijo: "Que mi señor no diga que han matado a todos los jóvenes hijos del rey. Sólo ha muerto Amnón, porque Absalón ya había pronunciado la sentencia desde el día en que aquel violó a su hermana Tamar. (II Samuel 13, 32)

  • A Absalón le nacieron tres hijos y una hija, llamada Tamar, que era muy hermosa. (II Samuel 14, 27)

  • Baalat y Tamar de la estepa, en el país de Judá; (I Reyes 9, 18)

  • Tamar, la nuera de Judá, tuvo de él a Peres y a Zéraj. Los hijos de Judá fueron cinco en total. (I Crónicas 2, 4)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina