Encontrados 70 resultados para: Sube

  • Su aliento es como un torrente desbordado, que sube hasta el cuello, para zarandear a las naciones con la criba destructora y poner el freno del extravío en las quijadas de los pueblos. (Isaías 30, 28)

  • Sus víctimas son arrojadas afuera, de sus cadáveres sube el hedor, y con su sangre se disuelven las montañas. (Isaías 34, 3)

  • ¿Acaso he venido a arrasar este país sin el consentimiento del Señor? Fue el Señor quien me dijo: ¡Sube a ese país, y arrásalo!". (Isaías 36, 10)

  • ¡Ahí sube como las nubes, sus carros son como el huracán, sus caballos, más veloces que las águilas! ¡Ay de nosotros, porque somos devastados! (Jeremías 4, 13)

  • ¡Sube hasta el Líbano y grita, levanta tu voz en Basán, grita desde los Abarím, porque todos tus amantes han sido destrozados! (Jeremías 22, 20)

  • ¿Quién es ese que sube como el Nilo y cuyas aguas se encrespan como los ríos? (Jeremías 46, 7)

  • Es Egipto el que sube como el Nilo y cuyas aguas se encrespan como los ríos. Él decía: "Subiré, cubriré la tierra, haré perecer la ciudad y sus habitantes. (Jeremías 46, 8)

  • ¡Sube a Galaad, recoge bálsamo, virgen, hija de Egipto! En vano multiplicas los remedios, tu llaga no cicatriza. (Jeremías 46, 11)

  • Sí, por la cuesta de Lujit la gente sube llorando; sí, por la pendiente de Joronaim se oye un grito: "¡Desastre!". (Jeremías 48, 5)

  • Yo haré desaparecer de Moab -oráculo del Señor- al que sube a los lugares altos y quema incienso a sus dioses. (Jeremías 48, 35)

  • Como un león que sube de la espesura del Jordán a una pradera siempre verde, así yo los haré huir de allí en un instante, y allí estableceré a mi elegido. Porque ¿quién es como yo? ¿Quién me citará a juicio? ¿Quién es el pastor que se me opondrá? (Jeremías 49, 19)

  • ¡Miren! Él sube, planea como el águila, despliega sus alas sobre Bosrá; el corazón de los guerreros de Edóm, en aquel día, será como el corazón de una parturienta. (Jeremías 49, 22)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina