Encontrados 2003 resultados para: Sobre

  • Los presbíteros que ejercen su cargo debidamente merecen un doble reconocimiento, sobre todo, los que dedican todo su esfuerzo a la predicación y a la enseñanza. (I Timoteo 5, 17)

  • Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en la casa de Carpo, y también los libros, sobre todo, los rollos de pergamino. (II Timoteo 4, 13)

  • Son muchos, en efecto, los espíritus rebeldes, los charlatanes y seductores, sobre todo, entre los circuncisos. (Tito 1, 10)

  • Y derramó abundantemente ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador, (Tito 3, 6)

  • Evita, en cambio, las investigaciones insensatas, las genealogías, las polémicas y las controversias sobre la Ley: todo esto es inútil y vano. (Tito 3, 9)

  • Sobre esto tendríamos que decir muchas cosas, pero es difícil explicárselas, porque ustedes son lentos para comprender. (Hebreos 5, 11)

  • Por eso, dejando a un lado la enseñanza elemental sobre Cristo, vayamos a lo más perfecto, sin volver otra vez sobre las verdades fundamentales, como el arrepentimiento por las obras que llevan a la muerte y la fe en Dios, (Hebreos 6, 1)

  • la instrucción sobre los bautismos y la imposición de las manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno. (Hebreos 6, 2)

  • Por lo tanto, si se podía alcanzar la perfección por medio del sacerdocio levítico, sobre el cual se funda la Ley dada al pueblo, ¿qué necesidad había entonces de que surgiera otro sacerdote, según el orden de Melquisedec y no según el orden de Aarón? (Hebreos 7, 11)

  • Pero ahora, Cristo ha recibido un ministerio muy superior, porque es el mediador de una Alianza más excelente, fundada sobre promesas mejores. (Hebreos 8, 6)

  • Sobre ella estaban los Querubines de la Gloria, que cubrían el Propiciatorio con la sombra de sus alas. Pero no es este el momento de entrar en detalles. (Hebreos 9, 5)

  • Sólo se trata de prescripciones externas sobre alimentos, bebidas y abluciones diversas, válidas hasta el momento de la renovación. (Hebreos 9, 10)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina