Encontrados 35 resultados para: Sidón

  • Canaán fue padre de Sidón, su primogénito, y de Het; (Génesis 10, 15)

  • y sus fronteras llegaron desde Sidón hasta Gaza por el camino de Guerar; y hasta Lesa, yendo hacia Sodoma, Gomorra, Admá y Seboím. (Génesis 10, 19)

  • Zabulón habitará en la ribera del mar, que servirá de puerto a las naves, y sus fronteras llegarán hasta Sidón. (Génesis 49, 13)

  • El Señor los puso en manos de Israel, que los derrotó y los persiguió hasta Sidón -la Grande- y hasta Misrefort Maim; y por la parte oriental, hasta el valle de Mispá. La derrota que les infligió Israel fue tal que no dejaron ningún sobreviviente. (Josué 11, 8)

  • Abdón, Rejob, Jammón y Caná, hasta Sidón, la Grande. (Josué 19, 28)

  • Aser no pudo desposeer a los habitantes de Acó, de Sidón, de Majleb, de Aczib, de Afric y de Rejob. (Jueces 1, 31)

  • Los israelitas volvieron a hacer lo que es malo a los ojos del Señor, sirviendo a los Baales y a las Astartés, a los dioses de Arám, de Sidón y de Moab, y a los dioses de los amonitas y de los filisteos. Así abandonaron al Señor y dejaron de servirlo. (Jueces 10, 6)

  • No había nadie que pudiera librarla, porque estaba lejos de Sidón y no dependía de nadie. La ciudad se encontraba en el valle de Bet Rejob. Los danitas la reconstruyeron y se establecieron en ella. (Jueces 18, 28)

  • Llegaron a Galaad y a la región baja, en Jodsí. Pasaron a Dan Iaán y luego, continuando el circuito, llegaron a Sidón. (II Samuel 24, 6)

  • "Ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y establécete allí; ahí yo he ordenado a una viuda que te provea de alimento". (I Reyes 17, 9)

  • Canaán fue padre de Sidón, su primogénito, y de Jet; (I Crónicas 1, 13)

  • El pánico y el terror se apoderaron de todo el litoral: de los habitantes de Sidón y de Tiro, de Sur y de Oquina, y de todos los habitantes de Iamnia. También los de Azoto y Ascalón quedaron despavoridos ante él. (Judit 2, 28)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina