Encontrados 32 resultados para: Salud

  • "Nuestro padre, tu servidor, vive todavía y goza de buena salud", le respondieron; e inclinándose, se postraron. (Génesis 43, 28)

  • Luego les dijo: "Si escuchas realmente la voz del Señor, tu Dios, y practicas lo que es recto a sus ojos, si prestas atención a sus mandamientos y observas todos sus preceptos, no te infligiré ninguna de las enfermedades que envié contra Egipto, porque yo, el Señor, soy el que te da la salud". (Exodo 15, 26)

  • Miren bien que yo, sólo yo soy, y no hay otro dios junto a mí. Yo doy la muerte y la vida, yo hiero y doy la salud, y no hay nadie que libre de mi mano. (Deuteronomio 32, 39)

  • Díganle: ‘¡Salud! ¡Paz para ti, paz para tu casa y para todos tus bienes! (I Samuel 25, 6)

  • Tobit le dijo: "¡Bienvenido, hermano, y salud! No tomes a mal que haya querido conocer la verdad acerca de tu familia. Por lo visto, eres un hermano de respetable y noble origen. Conozco a Ananías y a Natán, los dos hijos de Semeías el Grande. Ellos me acompañaban a Jerusalén; allí adoraban junto conmigo, y nunca se apartaron del buen camino. Tus hermanos son hombres de bien y tú eres de buena estirpe. ¡Sé bienvenido!". (Tobías 5, 14)

  • Cuando llegaron a Ecbátana, Tobías dijo: "Hermano Azarías, llévame directamente a la casa de nuestro hermano Ragüel". El ángel lo llevó y encontraron a Ragüel sentado a la puerta del patio. Ellos lo saludaron primero, y él les respondió: "¡Salud, hermanos, sean bienvenidos!". Y los hizo pasar a su casa. (Tobías 7, 1)

  • Así los hizo partir contentos. Al despedirse de Tobías, le dijo: "¡Salud, hijo mío, y buen viaje! ¡Que el Señor del Cielo los guíe, a ti y a tu esposa Sara, y que yo pueda ver a sus hijos antes de morir!". (Tobías 10, 11)

  • "El Gran Rey Artajerjes a los gobernadores de provincia de las ciento veintisiete regiones, desde la India hasta Etiopía, a los que se preocupan de nuestros intereses, ¡salud! (Ester 16, 2)

  • El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor y le devolverá la salud. (Salmos 41, 4)

  • Como sus dolores no se calmaban de ninguna forma, porque el justo juicio de Dios se había abatido sobre él, y desesperando de su salud, escribió a los judíos, en tono de súplica, la carta que se transcribe a continuación: (II Macabeos 9, 18)

  • "Antíoco, rey y general, saluda a los judíos, ciudadanos respetables, deseándoles felicidad, salud y prosperidad. (II Macabeos 9, 19)

  • No es que desespere de mi salud: al contrario, tengo mucha confianza de que podré recuperarme de mi enfermedad. (II Macabeos 9, 22)


“Se tanta atenção é dada aos bens desta Terra, quanto mais se deve dar aos do Céu? Faça, portanto, uma boa leitura espiritual, a santa meditação, o exame de consciência, e fará progresso na perfeição cristã e no amor de Jesus.” São Padre Pio de Pietrelcina