Encontrados 292 resultados para: Sabiduría

  • Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había impuesto sus manos sobre él; y los israelitas le obedecieron, obrando de acuerdo con la orden que el Señor había dado a Moisés. (Deuteronomio 34, 9)

  • Lo hizo para no encarar el asunto de frente. Pero mi señor posee la sabiduría de un ángel de Dios y sabe todo lo que pasa en la tierra". (II Samuel 14, 20)

  • Obra conforme a tu sabiduría, y no dejes que sus cabellos blancos bajen en paz al Abismo. (I Reyes 2, 6)

  • Todo Israel oyó hablar de la sentencia que había pronunciado el rey; y sintieron por él un gran respeto, porque vieron que había en él una sabiduría divina para hacer justicia. (I Reyes 3, 28)

  • Dios concedió a Salomón una sabiduría y una inteligencia extremadamente grandes, y tanta amplitud de espíritu cuanta arena hay en las playas del mar. (I Reyes 5, 9)

  • La sabiduría de Salomón superaba la de todos los Orientales y toda la sabiduría de Egipto. (I Reyes 5, 10)

  • De todos los pueblos, y de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído hablar de la sabiduría del rey Salomón, acudía gente para escuchar su sabiduría. (I Reyes 5, 14)

  • El Señor dio sabiduría a Salomón, tal como se lo había prometido. Jirám y Salomón vivieron en perfecta armonía, y entre los dos concluyeron un pacto. (I Reyes 5, 26)

  • Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, la casa que había construido, (I Reyes 10, 4)

  • y dijo al rey: "¡Realmente era verdad lo que había oído decir en mi país acerca de ti y de tu sabiduría! (I Reyes 10, 6)

  • Yo no lo quería creer, sin venir antes a verlo con mis propios ojos. Pero ahora compruebo que no me habían contado ni siquiera la mitad: tu sabiduría y tus riquezas superan la fama que llegó a mis oídos. (I Reyes 10, 7)

  • ¡Felices tus mujeres, felices también estos servidores tuyos, que están constantemente delante de ti, escuchando tu sabiduría! (I Reyes 10, 8)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina