Encontrados 25 resultados para: Retorno del exilio

  • Como era Dios el que combatía a favor de ellos, dieron muerte a muchos enemigos y ocuparon su lugar hasta el exilio. (I Crónicas 5, 22)

  • Estas son las personas de la provincia que regresaron de la cautividad en el exilio, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad, después de haber sido deportadas a Babilonia por el rey Nabucodonosor. (Esdras 2, 1)

  • El segundo año de su llegada al Templo de Dios en Jerusalén, en el segundo mes, Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Josadac, con el resto de sus hermanos, los sacerdotes, los levitas y todos los que habían vuelto del exilio a Jerusalén, comenzaron la obra y designaron a algunos levitas mayores de veinte años para que dirigieran los trabajos de la Casa del Señor. (Esdras 3, 8)

  • los deportados que habían vuelto del exilio ofrecieron como holocausto al Dios de Israel doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce chivos por el pecado: todo, en holocausto al Señor. (Esdras 8, 35)

  • Al que no se presentara en el plazo de tres días, por decisión de los jefes y de los ancianos, se le confiscarían todos sus bienes y se lo excluiría de la asamblea de los que habían vuelto del exilio. (Esdras 10, 8)

  • Estas son las personas de la provincia que volvieron de la cautividad y del exilio. Después de haber sido deportadas por Nabucodonosor, rey de Babilonia, volvieron a Jerusalén y a Judá, cada cual a su ciudad. (Nehemías 7, 6)

  • Porque mis años están contados y voy a emprender el camino sin retorno. (Job 16, 22)

  • Nunca lo olvides: ¡no hay camino de retorno! Al muerto, no podrás serle útil y te harás mal a ti. (Eclesiástico 38, 21)

  • Estos son los términos de la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén al resto de los ancianos que estaban en el exilio, a los sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo que Nabucodonosor había deportado de Jerusalén a Babilonia, (Jeremías 29, 1)

  • Porque así habla el Señor al rey que sienta en el trono de David y a todo el pueblo que habita en esta ciudad, a sus hermanos que no partieron con ustedes al exilio; (Jeremías 29, 16)

  • Yo sé, en efecto, que ellos no me escucharán, porque son un pueblo obstinado y rebelde, pero en la tierra de su exilio, volverán sobre sí mismos (Baruc 2, 30)

  • y ellos me alabarán en la tierra de su exilio y se acordarán de mi Nombre. (Baruc 2, 32)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina