Encontrados 16 resultados para: Profecía
El resto de los hechos de Salomón, desde el comienzo hasta el fin, está escrito en las Crónicas del profeta Natán, en la Profecía de Ajías, el silonita, y en las Visiones del vidente Idó acerca de Jeroboám, hijo de Nebat. (II Crónicas 9, 29)
Al oír estas palabras y la profecía que había pronunciado Azarías, hijo de Oded, Asá se decidió a eliminar los ídolos abominables de todo el territorio de Judá y Benjamín, y también de las ciudades que había conquistado en la montaña de Efraím. Además, restauró el altar del Señor que estaba delante del Vestíbulo del Templo. (II Crónicas 15, 8)
Yo había reconocido, en efecto, que no era Dios el que lo había enviado: si había pronunciado esa profecía acerca de mí, era porque lo había enviado Tobías. (Nehemías 6, 12)
aún derramaré la enseñanza como una profecía y la dejaré para las generaciones futuras. (Eclesiástico 24, 33)
Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán. (Mateo 13, 14)
Conforme a la gracia que Dios nos ha dado, todos tenemos aptitudes diferentes. El que tiene el don de la profecía, que lo ejerza según la medida de la fe. (Romanos 12, 6)
a aquel, el don de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este, el don de lenguas; a aquel, el don de interpretarlas. (I Corintios 12, 10)
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. (I Corintios 13, 2)
Procuren alcanzar ese amor, y aspiren también a los dones espirituales, sobre todo al de profecía. (I Corintios 14, 1)
Supongamos, hermanos, que yo fuera a verlos y les hablara en esa forma, ¿de qué les serviría si mi palabra no les aportara ni revelación, ni ciencia, ni profecía, ni enseñanza? (I Corintios 14, 6)
Esto quiere decir que el don de lenguas es un signo, no para los que creen, sino para los que se niegan a creer; la profecía, en cambio, es para los que tienen fe. (I Corintios 14, 22)
Los que tienen el don de profecía deben ser capaces de controlar su inspiración, (I Corintios 14, 32)