Encontrados 11 resultados para: Padán

  • el cual, a los cuarenta años, se casó con Rebeca, hija de Betuel, el arameo de Padán Arám, y hermana de Labán, el arameo. (Génesis 25, 20)

  • Ve ahora mismo a Padán Arám, a la casa de Betuel, tu abuelo materno, y elige para ti una mujer entre las hijas de Labán, el hermano de tu madre. (Génesis 28, 2)

  • Luego Isaac despidió a Jacob, y este se fue a Padán Arám, a casa de Labán, hijo de Betuel, el arameo, y hermano de Rebeca, la madre de Jacob y de Esaú. (Génesis 28, 5)

  • Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán Arám para que se buscara allí una esposa. Vio, asimismo, que al bendecirlo le había dado esta orden: "No te cases con una mujer cananea", (Génesis 28, 6)

  • y que Jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, se había ido a Padán Arám. (Génesis 28, 7)

  • y se llevó todo su ganado y todos sus bienes -el ganado de su propiedad, que había adquirido en Padán Arám- para ir a la tierra de Canaán, donde se encontraba Isaac, su padre. (Génesis 31, 18)

  • A su regreso de Padán Arám, Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquém, que está en la tierra de Canaán, y acampó a la vista de la ciudad. (Génesis 33, 18)

  • Cuando Jacob regresó de Padán Arám, Dios se le apareció de nuevo y lo bendijo, (Génesis 35, 9)

  • Los hijos de Zilpá, la esclava de Lía, fueron Gad y Aser. Estos son los hijos que le nacieron a Jacob en Padán Arám. (Génesis 35, 26)

  • Estos son los hijos que Lía había dado a Jacob en Padán Arám, además de su hija Dina. Entre hombres y mujeres sumaban un total de treinta y tres personas. (Génesis 46, 15)

  • Yo quiero que así sea, porque a mi regreso de Padán, mientras íbamos por la tierra de Canaán, a poca distancia de Efratá, se me murió tu madre Raquel, y yo la sepulté allí, junto al camino de Efratá, es decir, de Belén". (Génesis 48, 7)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina