Encontrados 624 resultados para: Ojos

  • Si obedeces en todo lo que yo te ordene y sigues mis caminos, si haces lo que es recto a mis ojos, observando mis preceptos y mis mandamientos, como lo hizo mi servidor David, yo estaré contigo y te edificaré una dinastía estable, como la edifiqué para David. Te entregaré a Israel (I Reyes 11, 38)

  • Arranqué la realeza a la casa de David para dártela a ti. Pero tú no has sido como mi servidor David, que observó mis mandamientos y me siguió de todo corazón, haciendo únicamente lo que es recto a mis ojos. (I Reyes 14, 8)

  • Judá hizo lo que es malo a los ojos del Señor, provocando sus celos más que todos sus antepasados, con los pecados que cometieron. (I Reyes 14, 22)

  • Porque David había hecho lo que es recto a los ojos del Señor, sin apartarse jamás de lo que él le había mandado, salvo en el caso de Urías, el hitita. (I Reyes 15, 5)

  • Asá hizo lo que es recto a los ojos del Señor, igual que su padre David. (I Reyes 15, 11)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor; siguió el camino de su padre y persistió en el pecado con que este hizo pecar a Israel. (I Reyes 15, 26)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor; siguió el camino de Jeroboám y persistió en el pecado con que este hizo pecar a Israel. (I Reyes 15, 34)

  • Además, por medio del profeta Jehú, hijo de Jananí, la palabra del Señor fue dirigida a Basá y a su casa, por todo el mal que este había hecho a los ojos del Señor, provocando su indignación con la obra de sus manos, hasta el punto de llegar a ser como la casa de Jeroboám, y también por haber exterminado su estirpe. (I Reyes 16, 7)

  • Esto sucedió por el pecado que había cometido, haciendo lo que es malo a los ojos del Señor, siguiendo el camino de Jeroboám y persistiendo en el pecado que este había cometido al hacer pecar a Israel. (I Reyes 16, 19)

  • Omrí hizo lo que es malo a los ojos del Señor, y obró peor aún que sus predecesores. (I Reyes 16, 25)

  • Ajab, hijo de Omrí, hizo lo que es malo a los ojos del Señor, más que todos sus predecesores. (I Reyes 16, 30)

  • Luego el profeta fue a apostarse en el camino, a la espera del rey, cubriéndose los ojos con una venda para no ser reconocido. (I Reyes 20, 38)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina