Encontrados 760 resultados para: Nun

  • Porque el Señor expulsará a todos los enemigos que encuentres a tu paso, como te lo ha anunciado. (Deuteronomio 6, 19)

  • Ten cuidado de no abandonar nunca al levita. (Deuteronomio 12, 19)

  • Reúne luego todos sus despojos en medio de la plaza, e incendia la ciudad con todos esos despojos, como un holocausto para el Señor, tu Dios. Ella se convertirá para siempre en un montón de ruinas y nunca más será reconstruida. (Deuteronomio 13, 17)

  • Es verdad que nunca faltarán pobres en tu país. Por eso yo te ordeno: abre generosamente tu mano al pobre, al hermano indigente que vive en tu tierra. (Deuteronomio 15, 11)

  • Procederás de acuerdo con la decisión que ellos tomen y con la sentencia que pronuncien, sin apartarse de lo que ellos te indiquen ni a la derecha ni a la izquierda. (Deuteronomio 17, 11)

  • El rey no deberá tener muchos caballos ni hacer que el pueblo regrese a Egipto, con el pretexto de aumentar su caballería; porque el Señor, tu Dios, ha dicho: "No regresen nunca más por ese camino". (Deuteronomio 17, 16)

  • Al que no escuche mis palabras, las que este profeta pronuncie en mi Nombre, yo mismo le pediré cuenta. (Deuteronomio 18, 19)

  • Y si un profeta se atreve a pronunciar en mi Nombre una palabra que yo no le he ordenado decir, o si habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá". (Deuteronomio 18, 20)

  • Tal vez te preguntes: "¿Cómo sabremos que tal palabra no la ha pronunciado el Señor?". (Deuteronomio 18, 21)

  • Es preciso evitar que el vengador del homicidio persiga lleno de furor al homicida, lo alcance -ya que el camino es muy largo- y le quite la vida, siendo así que no es reo de muerte, porque nunca fue enemigo de su víctima. (Deuteronomio 19, 6)

  • y pronunciarán estas palabras: "Nuestras manos no han derramado esa sangre y nuestros ojos no han visto nada. (Deuteronomio 21, 7)

  • por haber difamado a una virgen israelita, condenándolo, además, a pagar cien siclos de plata, que entregarán al padre de la joven. Ella seguirá siendo su mujer, y el hombre no podrá repudiarla nunca más. (Deuteronomio 22, 19)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina