Encontrados 73 resultados para: Miren

  • Oráculo sobre Egipto. ¡Miren al Señor que entra en Egipto, montado sobre una nube ligera! Ante él vacilan los ídolos de Egipto, y el corazón de Egipto se disuelve en su interior. (Isaías 19, 1)

  • ¡Miren, llegan hombres montados, parejas de jinetes!". Luego retoma la palabra y dice: "¡Ha caído, ha caído Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se han hecho añicos contra el suelo!". (Isaías 21, 9)

  • Miren, el Señor arrasa la tierra y la deja desierta, trastorna su faz y dispersa a sus habitantes. (Isaías 24, 1)

  • Miren, el Señor tiene a un hombre fuerte y poderoso: como tormenta de granizo y tempestad arrasadora, como tormenta de aguas impetuosas, torrenciales, él lo echa todo por tierra violentamente. (Isaías 28, 2)

  • Por eso, así habla el Señor: Miren que yo pongo una piedra en Sión, una piedra a toda prueba, una piedra angular, escogida, bien cimentada: el que tenga fe no vacilará. (Isaías 28, 16)

  • ¡Miren que el nombre del Señor viene de lejos! Arde su ira y es densa la humareda; sus labios desbordan de indignación y su lengua es como fuego devorador. (Isaías 30, 27)

  • Porque mi espada se abrevó en el cielo: miren cómo baja sobre Edóm, sobre el pueblo que he condenado al juicio. (Isaías 34, 5)

  • Levanten los ojos a lo alto y miren: ¿quién creó todos estos seres? El que hace salir a su ejército uno por uno y los llama a todos por su nombre: ¡su vigor es tan grande, tan firme su fuerza, que no falta ni uno solo! (Isaías 40, 26)

  • ¡Oigan, ustedes, los sordos; ustedes, los ciegos, miren y vean! (Isaías 42, 18)

  • ¡Levanten sus ojos hacia el cielo y miren abajo, a la tierra! Sí, el cielo se disipará como el humo, la tierra se gastará como un vestido y sus habitantes morirán como insectos. Pero mi salvación permanecerá para siempre y mi justicia no sucumbirá. (Isaías 51, 6)

  • ¡Sí, crucen a las costas de los Quitím y miren, envíen gente a Quedar y fíjense bien, a ver si ha sucedido una cosa igual! (Jeremías 2, 10)

  • Recorran las calles de Jerusalén, miren e infórmense bien; busquen por sus plazas a ver si encuentran un hombre, si hay alguien que practique el derecho, que busque la verdad, y yo perdonaré a la ciudad. (Jeremías 5, 1)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina