Encontrados 105 resultados para: Malo

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, tal como lo habían hecho sus padres. (II Reyes 23, 37)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, tal como lo había hecho su padre. (II Reyes 24, 9)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, tal como lo había hecho Joaquín. (II Reyes 24, 19)

  • Los descendientes de Judá fueron Er, Onán y Selá; los tres le nacieron de la hija de Suá, la cananea. Er, el primogénito de Judá, era malo a los ojos del Señor, y el Señor le quitó la vida. (I Crónicas 2, 3)

  • Siguió el camino de los reyes de Israel, conforme a lo que había hecho la casa de Ajab, porque se había casado con una hija de Ajab; e hizo lo que es malo a los ojos del Señor. (II Crónicas 21, 6)

  • Hizo lo que es malo a los ojos del Señor, como los de la familia de Ajab, porque después de la muerte de su padre, ellos fueron sus consejeros para ruina de él. (II Crónicas 22, 4)

  • Porque nuestros padres se han rebelado y han hecho lo que es malo a los ojos del Señor, nuestro Dios; lo han abandonado y han apartado su rostro de la Morada del Señor, volviéndole la espalda. (II Crónicas 29, 6)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, siguiendo las costumbres abominables de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas. (II Crónicas 33, 2)

  • Inmoló a sus propios hijos en el fuego, en el valle de Ben Hinnóm, practicó la astrología, la magia y la hechicería, e instituyó nigromantes y adivinos. Persistió en hacer lo que es malo a los ojos del Señor, provocando su indignación. (II Crónicas 33, 6)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, como lo había hecho su padre Manasés. Ofreció sacrificios y sirvió a todos los ídolos que había hecho su padre Manasés. (II Crónicas 33, 22)

  • Joaquím tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Hizo lo que es malo a los ojos del Señor, su Dios. (II Crónicas 36, 5)

  • Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén. Hizo lo que es malo a los ojos del Señor. (II Crónicas 36, 9)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina