Encontrados 169 resultados para: Levanto

  • En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. (Lucas 16, 23)

  • Después de orar se levantó, fue hacia donde estaban sus discípulos y los encontró adormecidos por la tristeza. (Lucas 22, 45)

  • Después se levantó toda la asamblea y lo llevaron ante Pilato. (Lucas 23, 1)

  • Pedro, sin embargo, se levantó y corrió hacia el sepulcro, y al asomarse, no vio más que las sábanas. Entonces regresó lleno de admiración por lo que había sucedido. (Lucas 24, 12)

  • De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, (Juan 3, 14)

  • Al oír esto, ella se levantó rápidamente y fue a su encuentro. (Juan 11, 29)

  • se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. (Juan 13, 4)

  • Después de hablar así, Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: «Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, (Juan 17, 1)

  • Entonces, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: «Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido. (Hechos 2, 14)

  • Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; de inmediato, se le fortalecieron los pies y los tobillos. (Hechos 3, 7)

  • Pero un fariseo, llamado Gamaliel, que era doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en medio del Sanedrín. Después de hacer salir por un momento a los Apóstoles, (Hechos 5, 34)

  • Él se levantó y partió. Un eunuco etíope, ministro del tesoro y alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, había ido en peregrinación a Jerusalén (Hechos 8, 27)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina