Encontrados 1682 resultados para: Jesús convierte agua en vino

  • De la misma manera, los diáconos deben ser hombres respetables, de una sola palabra, moderados en el uso del vino y enemigos de ganancias deshonestas. (I Timoteo 3, 8)

  • Si explicas todo esto a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, alimentado por las enseñanzas de la fe y de la buena doctrina que siempre seguiste fielmente. (I Timoteo 4, 6)

  • A causa de tus frecuentes malestares estomacales, no bebas agua sola: toma un poco de vino. (I Timoteo 5, 23)

  • Yo te ordeno delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús, que dio buen testimonio ante Poncio Pilato: (I Timoteo 6, 13)

  • Pablo, Apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios, para anunciar la promesa de Vida que está en Cristo Jesús, (II Timoteo 1, 1)

  • Él nos salvó y nos eligió con su santo llamado, no por nuestras obras, sino por su propia iniciativa y por la gracia: esa gracia que nos concedió en Cristo Jesús, desde toda la eternidad, (II Timoteo 1, 9)

  • Toma como norma las saludables lecciones de fe y de amor a Cristo Jesús que has escuchado de mí. (II Timoteo 1, 13)

  • Tú, que eres mi hijo, fortalécete con la gracia de Cristo Jesús. (II Timoteo 2, 1)

  • Por eso soporto estas pruebas por amor a los elegidos, a fin de que ellos también alcancen la salvación que está en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna. (II Timoteo 2, 10)

  • Por lo demás, los que quieran ser fieles a Dios en Cristo Jesús, tendrán que sufrir persecución. (II Timoteo 3, 12)

  • Recuerda que desde la niñez conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación, mediante la fe en Cristo Jesús. (II Timoteo 3, 15)

  • Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: (II Timoteo 4, 1)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina