Encontrados 49 resultados para: Jardín

  • Yo lo había embellecido con abundantes ramas, y lo envidiaban todos los árboles de Edén que están en el Jardín de Dios. (Ezequiel 31, 9)

  • Entonces dirán: "Esta tierra había sido devastada, pero ahora es como un jardín de Edén; las ciudades estaban en ruinas, devastadas y derruidas, y ahora son plazas fuertes habitadas". (Ezequiel 36, 35)

  • Joaquín era muy rico y tenía un jardín contiguo a su casa. Muchos judíos iban a visitarlo, porque era el más estimado de todos. (Daniel 13, 4)

  • Hacia el mediodía, cuando todos ya se habían retirado, Susana iba a pasearse por el jardín de su esposo. (Daniel 13, 7)

  • Una vez, mientras ellos aguardaban una ocasión favorable, Susana entró como en los días anteriores, acompañada solamente por dos jóvenes servidoras, y como hacía calor, quiso bañarse en el jardín. (Daniel 13, 15)

  • Ella dijo a las servidoras: "Tráiganme la crema y los perfumes, y cierren la puerta del jardín para que pueda bañarme". (Daniel 13, 17)

  • Las servidoras obedecieron, cerraron la puerta del jardín y salieron por la puerta lateral para ir a buscar lo que Susana les había ordenado, sin saber que los ancianos estaban escondidos. (Daniel 13, 18)

  • "La puerta del jardín está cerrada y nadie nos ve. Nosotros ardemos de pasión por ti; consiente y acuéstate con nosotros. (Daniel 13, 20)

  • y uno de ellos corrió a abrir la puerta del jardín. (Daniel 13, 25)

  • Al oír esos gritos en el jardín, la gente de la casa se precipitó por la puerta lateral para ver lo que ocurría, (Daniel 13, 26)

  • Los ancianos dijeron: "Mientras nos paseábamos solos por el jardín, esta mujer entró allí con dos servidoras; cerró la puerta y después hizo salir a las servidoras. (Daniel 13, 36)

  • Nosotros, que estábamos en un rincón del jardín, al ver la infamia, nos precipitamos hacia ellos. (Daniel 13, 38)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina