Encontrados 15 resultados para: Iejiel

  • Junto con ellos, a sus hermanos de segundo orden: Zacarías, hijo de Iaaziel, Semiramot, Iejiel, Uní, Eliab, Benaías, Maaseías, Matitías, Eliflehú, Micneías, Obededóm y Ieiel, los porteros. (I Crónicas 15, 18)

  • Zacarías, Aziel, Semiramot, Iejiel, Uní, Eliab, Maasías y Benaías tenían arpas de tonos altos. (I Crónicas 15, 20)

  • Asaf era el jefe; Zacarías, el segundo; y además, Uziel, Semiramot, Iejiel, Matitías, Eliab, Benaías, Obededóm y Ieiel, con instrumentos musicales, arpas y cítaras. Asaf hacía sonar los címbalos. (I Crónicas 16, 5)

  • Los hijos de Ladán fueron Iejiel, el primero, y luego, Zetám y Joel: tres en total. (I Crónicas 23, 8)

  • Los hijos de Iejiel, Zetán y su hermano Joel eran los encargados de los tesoros de la Casa del Señor. (I Crónicas 26, 22)

  • Jonatán, tío de David, hombre prudente e instruido, era consejero. Iejiel, hijo de Iacmoní, era preceptor de los hijos del rey. (I Crónicas 27, 32)

  • Los que tenían piedras preciosas, las entregaron en manos de Iejiel, el gersonita, para el tesoro de la Casa del Señor. (I Crónicas 29, 8)

  • Jorám tenía seis hermanos, hijos de Josafat, que eran: Azarías, Iejiel, Zacarías, Azariahu, Micael y Sefatías. Todos eran hijos de Josafat, rey de Israel. (II Crónicas 21, 2)

  • de los descendientes de Hemán: Iejiel y Simei; de los descendientes de Iedutún: Semaías y Uziel. (II Crónicas 29, 14)

  • Iejiel, Azazías, Nájat, Azael, Ierimot, Ioazabad, Eliel, Ismaquías, Májat y Benaías eran los inspectores, a las órdenes de Conanías y de su hermano Simei, por disposición del rey Ezequías y de Azarías, el mayordomo de la Casa de Dios. (II Crónicas 31, 13)

  • También sus jefes entregaron ofrendas voluntarias para el pueblo, los sacerdotes y los levitas. Jilquías, Zacarías y Iejiel, mayordomos de la Casa de Dios, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientas víctimas pascuales y trescientos bueyes. (II Crónicas 35, 8)

  • de los hijos de Joab: Abdías, hijo de Iejiel, con 218 hombres; (Esdras 8, 9)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina