Encontrados 132 resultados para: Furor

  • -En la cuba he pisado yo solo, nadie de entre los pueblos estaba conmigo. Los he pisoteado con ira, los he estrujado con furor; su sangre salpicó mi ropa y manché todas mis vestiduras. (Isaías 63, 3)

  • Miré, y no había quien me socorriera; me sorprendí de que nadie me sostuviera. Entonces me socorrió mi brazo y mi furor me sostuvo. (Isaías 63, 5)

  • Pisoteé a los pueblos en mi ira, los embriagué en mi furor, hice correr su sangre hasta el suelo. (Isaías 63, 6)

  • Porque ya viene el Señor en medio del fuego -sus carros son como un torbellino- para descargar su ira con furor y sus amenazas con las llamas del fuego. (Isaías 66, 15)

  • Circuncídense para el Señor y quiten el prepucio de sus corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que mi furor estalle como un fuego y queme, sin que nadie lo extinga, a causa de sus malas acciones. (Jeremías 4, 4)

  • -Yo estoy lleno del furor del Señor: estoy cansado de reprimirlo. -Derrámalo sobre los niños en la calle y sobre los grupos de jóvenes, porque serán apresados el hombre y la mujer, el anciano y el que está cargado de años. (Jeremías 6, 11)

  • Por eso, así habla el Señor: Miren que mi ira y mi furor se van a derramar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles de los campos y los frutos del suelo: ¡arderá mi furor y no se extinguirá! (Jeremías 7, 20)

  • Derrama tu furor sobre las naciones que no te conocen, y sobre las familias que no invocan tu Nombre. Porque ellas han devorado a Jacob, lo han devorado, lo han exterminado, y han devastado su morada. (Jeremías 10, 25)

  • ¿Acaso se devuelve mal por bien para que me hayan cavado una fosa? Recuerda que yo me presenté delante de ti para hablar en favor de ellos, para apartar de ellos tu furor. (Jeremías 18, 20)

  • Yo mismo combatiré contra ustedes con mano fuerte y brazo poderoso, con ira, furor y una gran irritación. (Jeremías 21, 5)

  • Casa de David, así habla el Señor: Hagan justicia cada mañana, y libren al explotado de la mano del opresor, no sea que mi furor estalle como un fuego y arda sin que nadie lo extinga, a causa de la maldad de sus acciones. (Jeremías 21, 12)

  • Miren el huracán del Señor: se ha desencadenado el furor, se desata el torbellino, y se abate sobre la cabeza de los malvados. (Jeremías 23, 19)


“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina