Encontrados 71 resultados para: Fuertes

  • Más numerosos que los cabellos de mi cabeza son los que me odian sin motivo; más fuertes que mis huesos, los que me atacan sin razón. ¡Y hasta tengo que devolver lo que yo no he robado! (Salmos 69, 5)

  • la ira del Señor se desató contra ellos: hizo estragos entre los más fuertes y abatió a lo mejor de Israel. (Salmos 78, 31)

  • ¡Bendigan al Señor, todos sus ángeles, los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes apenas oyen la voz de su palabra! (Salmos 103, 20)

  • Atiende a mi clamor, porque estoy en la miseria; líbrame de mis perseguidores, porque son más fuertes que yo. (Salmos 142, 7)

  • Libró muchas batallas, conquistó plazas fuertes y dio muerte a reyes de la tierra. (I Macabeos 1, 2)

  • muchos de ellos se encontraban prisioneros en Bosorá y Bosor, en Alemá, Casfó, Maqued y Carnain, que eran ciudades fuertes e importantes; (I Macabeos 5, 26)

  • Pero tres días después murió también Tolomeo, y los habitantes de las plazas fuertes mataron a los egipcios acantonados en ellas. (I Macabeos 11, 18)

  • Entre tanto, Jonatán pidió al rey Demetrio que retirara las guarniciones de la Ciudadela de Jerusalén y de las plazas fuertes, porque hostigaban continuamente a Israel. (I Macabeos 11, 41)

  • Mándalos ahora mismo a sus casas, quédate con una pequeña escolta y ven conmigo a Tolemaida. Yo te la entregaré con las otras plazas fuertes, el resto de las tropas y todos los funcionarios. Enseguida emprenderé el regreso, porque para eso he venido". (I Macabeos 12, 45)

  • que fuera asimismo su comandante, que se ocupara del Lugar santo y designara por sí mismo a los encargados de los trabajos, de la administración del país, de los asuntos militares y de las plazas fuertes; (I Macabeos 14, 42)

  • porque son muchas las víctimas que ella hizo caer, y eran fuertes todos los que ella mató: (Proverbios 7, 26)

  • No es propio de los reyes, Lemuel, no es propio de los reyes beber vino, ni de los príncipes desear bebidas fuertes, (Proverbios 31, 4)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina