Encontrados 19 resultados para: Flecha

  • y fue a sentarse aparte, a la distancia de un tiro de flecha, pensando: "Al menos no veré morir al niño". Y cuando estuvo sentada aparte, prorrumpió en sollozos. (Génesis 21, 16)

  • Luego mandaré al servidor a buscar la flecha. Si yo le digo: ‘La tienes más acá, recógela’, entonces ven; puedes estar tranquilo y no hay ningún inconveniente, ¡por la vida del Señor! (I Samuel 20, 21)

  • y dijo a su servidor: "Corre a buscar las flechas que voy a tirar". El servidor fue corriendo, y Jonatán lanzó la flecha más allá de él. (I Samuel 20, 36)

  • Cuando el niño llegó al lugar donde estaba la flecha que había tirado Jonatán, este gritó detrás de él: "Ahí la tienes, más allá". (I Samuel 20, 37)

  • Luego gritó otra vez detrás de él: "¡Rápido, apúrate, no te quedes parado!". El servidor recogió la flecha y volvió adonde estaba su señor, (I Samuel 20, 38)

  • Pero Jehú, que había tendido su arco, hirió a Jorám en plena espalda; la flecha le atravesó el corazón, y él se desplomó en su carro. (II Reyes 9, 24)

  • y dijo: "Abre la ventana que da hacia el este". Él la abrió, y Eliseo dijo: "¡Tira!". Cuando el rey tiró, Eliseo dijo: "¡Flecha de victoria para el Señor! ¡Flecha de victoria contra Arám! Tú derrotarás a Arám en Afec hasta el exterminio". (II Reyes 13, 17)

  • Por eso, así habla el Señor acerca del rey de Asiria: Él no entrará en esta ciudad, ni le lanzará una flecha; no la enfrentará con el escudo, ni levantará contra ella un terraplén. (II Reyes 19, 32)

  • la flecha le sale por la espalda, y la punta fulgurante por el hígado. Lo invaden los terrores, (Job 20, 25)

  • No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día, (Salmos 91, 5)

  • hasta que una flecha le atraviesa el hígado, como un pájaro que se precipita en la trampa, sin advertir que está en juego su vida. (Proverbios 7, 23)

  • Maza, espada y flecha puntiaguda es el que atestigua falsamente contra su prójimo. (Proverbios 25, 18)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina