Encontrados 341 resultados para: Envió

  • Jirám, rey de Tiro, envió una embajada a David, con madera de cedro, carpinteros y talladores de piedra, para que le edificaran una casa. (II Samuel 5, 11)

  • le envió a su hijo Iorám, para saludarlo y felicitarlo por haber hecho la guerra y derrotado a Hadadézer, ya que este era su rival. Iorám llevó consigo objetos de plata, oro y bronce, (II Samuel 8, 10)

  • David dijo: "Voy a retribuirle a Janún, hijo de Najás, las pruebas de lealtad que me ha dado su padre". Y por intermedio de sus servidores, le envió las condolencias por la muerte de su padre. Pero cuando los servidores de David llegaron al país de los amonitas, (II Samuel 10, 2)

  • David, al enterarse, envió a Joab con todo el ejército y con sus guerreros. (II Samuel 10, 7)

  • y Hadadézer envió mensajeros para movilizar a los arameos del otro lado del Río. Estos llegaron a Helám a las órdenes de Sobac, el jefe del ejército de Hadadézer. (II Samuel 10, 16)

  • Al comienzo del año, en la época en que los reyes salen de campaña, David envió a Joab con sus servidores y todo Israel, y ellos arrasaron a los amonitas y sitiaron Rabá. Mientras tanto, David permanecía en Jerusalén. (II Samuel 11, 1)

  • La mujer quedó embarazada y envió a David este mensaje: "Estoy embarazada". (II Samuel 11, 5)

  • Entonces David mandó decir a Joab: "Envíame a Urías, el hitita". Joab se lo envió, (II Samuel 11, 6)

  • Joab envió a David el parte de batalla, (II Samuel 11, 18)

  • Entonces el Señor le envió al profeta Natán. Él se presentó a David y le dijo: "Había dos hombres en una misma ciudad, uno rico y el otro pobre. (II Samuel 12, 1)

  • Luego envió mensajeros a David para decirle: "Acometí contra Rabá y conquisté también la ciudad de las Aguas. (II Samuel 12, 27)

  • El rey preguntó: "¿Está bien el joven Absalón?". Ajimaás respondió: "Cuando me envió Joab, el servidor del rey, vi un gran tumulto, pero no sé de qué se trataba". (II Samuel 18, 29)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina