Encontrados 58 resultados para: Cadáveres

  • Los cadáveres caerán en medio de ustedes, y así sabrán que yo soy el Señor. (Ezequiel 6, 7)

  • Y ustedes sabrán que yo soy el Señor, cuando sus cadáveres estén en medio de sus ídolos, alrededor de sus altares, en toda colina elevada y en todas las cumbres de las montañas, bajo todo árbol frondoso y bajo todo terebinto tupido, allí mismo donde ofrecían perfume agradable a todos sus ídolos. (Ezequiel 6, 13)

  • Ustedes han multiplicado las víctimas en esta ciudad, han llenado de cadáveres sus calles. (Ezequiel 11, 6)

  • Por eso, así habla el Señor: Los cadáveres que ustedes han puesto en medio de la ciudad, esa es la carne, y la ciudad es la olla, de la que los haré salir a ustedes. (Ezequiel 11, 7)

  • La voz me dijo: "Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde se asienta la planta de mis pies. Aquí habitaré para siempre en medio de los israelitas. El pueblo de Israel no profanará más mi Nombre: ni ellos ni sus reyes con sus prostituciones, ni los cadáveres de sus reyes con sus tumbas. (Ezequiel 43, 7)

  • Pero, de ahora en adelante, alejarán de mí sus prostituciones y los cadáveres de sus reyes, y yo habitaré en medio de ellos para siempre. (Ezequiel 43, 9)

  • Aquel día, los cantos del palacio se convertirán en gemidos -oráculo del Señor-. ¡Serán tantos los cadáveres, que se los arrojará en cualquier lugar! (Amós 8, 3)

  • carga de caballería, centelleo de espadas, relampagueo de lanzas! ¡Multitud de víctimas, cuerpos a montones, cadáveres por todas partes! ¡Se tropieza con los cadáveres! (Nahún 3, 3)

  • ¿Y contra quiénes se irritó Dios durante cuarenta años? ¿No fue contra los que habían pecado y cuyos cadáveres quedaron tendidos en el desierto? (Hebreos 3, 17)

  • Sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran Ciudad -llamada simbólicamente Sodoma y también Egipto- allí mismo donde el Señor fue crucificado. (Apocalipsis 11, 8)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina