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Asimismo, tomarán una tela de púrpura violeta y cubrirán el candelabro, sus lámparas, sus tenazas, sus platillos, y todas las vasijas de aceite que se emplean para el servicio del candelabro. (Números 4, 9)
Podrán comer, asimismo, cualquier animal que tenga la pezuña partida -es decir, dividida en dos mitades- y que sea rumiante. (Deuteronomio 14, 6)
Tendrás, asimismo, un lugar fuera del campamento para hacer allí tus necesidades. (Deuteronomio 23, 13)
Josué tomó asimismo todas las ciudades de aquellos reyes, y a estos últimos los capturó y los pasó al filo de la espada, consagrándolos al exterminio, como Moisés, el servidor del Señor, se lo había ordenado. (Josué 11, 12)
Asimismo, los israelitas habían pasado al filo de la espada al adivino Balaam, hijo de Beor, junto con las otras víctimas. (Josué 13, 22)
de Arám, de Moab, de los amonitas, de los filisteos y de Amalec, como asimismo del botín de Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá. (II Samuel 8, 12)
Salomón mandó hacer asimismo todos los objetos que estaban en la Casa del Señor: el altar de oro y la mesa sobre la que se ponía el pan de la ofrenda, hecha también de oro; (I Reyes 7, 48)
como asimismo los centros de aprovisionamiento que tenía Salomón, las ciudades para los carros de guerra y la caballería, y todas las demás construcciones que Salomón quiso levantar en Jerusalén, en el Líbano y en todo el país sometido a su dominio. (I Reyes 9, 19)
El comandante de la guardia tomó asimismo los pebeteros, los aspersorios y todos los objetos de oro y plata. (II Reyes 25, 15)
Asimismo, tenían a su cargo los panes de la ofrenda, la harina para la oblación, las tortas sin levadura, las ofrendas fritas a la sartén o cocidas, y todas las medidas de capacidad y longitud. (I Crónicas 23, 29)
fijó asimismo el peso del oro y la plata para los candelabros de oro y plata con sus lámparas, según el uso a que estaban destinados; (I Crónicas 28, 15)
Hizo asimismo el recinto del Santo de los santos: su longitud, que cubría todo el ancho de la Casa, era de diez metros, y tenía diez metros de ancho. Y lo revistió con seiscientos talentos de oro fino. (II Crónicas 3, 8)