Encontrados 203 resultados para: Arca

  • Sí, oímos hablar del Arca en Efratá, y la encontramos en los campos de Jaar. (Salmos 132, 6)

  • ¡Levántate, Señor, entra en el lugar de tu Reposo, tú y tu Arca poderosa! (Salmos 132, 8)

  • Se decía en el escrito cómo el profeta, advertido por un oráculo, mandó llevar con él la Carpa y el Arca, y cómo partió hacia la montaña donde Moisés había subido para contemplar la herencia de Dios. (II Macabeos 2, 4)

  • Al llegar, Jeremías encontró una caverna: allí introdujo la Carpa, el Arca y el altar del incienso y clausuró la entrada. (II Macabeos 2, 5)

  • Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días -oráculo del Señor- ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar. (Jeremías 3, 16)

  • En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; (Mateo 24, 38)

  • La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos. (Lucas 17, 27)

  • Allí estaban el altar de oro para los perfumes y el Arca de la Alianza, toda recubierta de oro, en la cual había un cofre de oro con el maná, la vara de Aarón que había florecido y las Tablas de la Alianza. (Hebreos 9, 4)

  • Por la fe, Noé, al ser advertido por Dios acerca de lo que aún no se veía, animado de santo temor, construyó un arca para salvar a su familia. Así, por esa misma fe, condenó al mundo y heredó la justicia que viene de la fe. (Hebreos 11, 7)

  • a los que se resistieron a creer cuando Dios esperaba pacientemente, en los días en que Noé construía el arca. En ella, unos pocos -ocho en total- se salvaron a través del agua. (I Pedro 3, 20)

  • En ese momento se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de su Alianza, y hubo rayos, voces, truenos y un temblor de tierra, y cayó una fuerte granizada. (Apocalipsis 11, 19)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina