Encontrados 88 resultados para: Arám

  • Aunque el ejército de Arám había venido con pocos hombres, el Señor entregó en sus manos a un ejército mucho más numeroso, por haberlo abandonado a él, el Dios de sus padres. De esta manera, los arameos hicieron justicia con Joás, (II Crónicas 24, 24)

  • Él mismo ofreció sacrificios a los dioses de Damasco que lo habían derrotado, diciendo: "Ya que estos dioses ayudan a los reyes de Arám, yo les ofreceré sacrificios para que me ayuden también a mí". Pero ellos causaron su ruina y la de todo Israel. (II Crónicas 28, 23)

  • Cuando luchó contra Arám Naharaim y contra Arám de Sobá, y Joab volvió para derrotar a Edóm, en el valle de la Sal, dando muerte a doce mil hombres. (Salmos 60, 2)

  • En tiempos de Ajaz, hijo de Jotám, hijo de Ozías, rey de Judá, Resín, rey de Arám, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no la pudieron expugnar. (Isaías 7, 1)

  • Cuando se informó a la casa de David: "Arám está acampado en Efraím", se estremeció su corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque. (Isaías 7, 2)

  • Tú le dirás: Mantente alerta y no pierdas la calma; no temas, y que tu corazón no se intimide ante esos dos cabos de tizones humeantes, ante el furor de Resín de Arám y del hijo de Remalías. (Isaías 7, 4)

  • Porque Arám, Efraím y el hijo de Remalías se han confabulado contra ti, diciendo: (Isaías 7, 5)

  • Arám al este, los filisteos por detrás, y ellos devoraron a Israel a boca llena. A pesar de todo esto, no se aplacó su ira y su mano está aún extendida. (Isaías 9, 11)

  • Efraím perderá su plaza fuerte y Damasco, la realeza. El resto de Arám tendrá la misma suerte que la gloria de los hijos de Israel -oráculo del Señor de los ejércitos-. (Isaías 17, 3)

  • Elám tomó la aljaba, Arám montó a caballo, Quir desenfundó el escudo. (Isaías 22, 6)

  • Pero cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió contra el país, dijimos: Vengan, entremos en Jerusalén para escapar del ejército de los caldeos y del ejército de Arám. Por eso estamos ahora en Jerusalén". (Jeremías 35, 11)

  • Jacob huyó a los campos de Arám. Israel sirvió por una mujer y por una mujer, cuidó los rebaños. (Oseas 12, 13)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina