Encontrados 19 resultados para: Alfarero
Así un alfarero amasa laboriosamente la tierra blanda y modela cada uno de los objetos que usamos. Con la misma arcilla modela indistintamente objetos destinados a un uso noble y otros que tendrán un destino contrario; pero es el alfarero el que decide cuál será la función de cada uno de ellos. (Sabiduría 15, 7)
El horno pone a prueba los vasos del alfarero, y la prueba del hombre está en sus conversación. (Eclesiástico 27, 5)
Como está la arcilla en las manos del alfarero, que dispone de ella según su voluntad, así están los hombres en las manos de su Creador, y él les retribuirá según su decisión. (Eclesiástico 33, 13)
Lo mismo pasa con el alfarero, sentado junto a su obra, mientras hace girar el torno con sus pies: está concentrado exclusivamente en su tarea y apremiado por completar la cantidad; (Eclesiástico 38, 29)
¡Qué desatino el de ustedes! ¿Acaso se puede pensar que el alfarero es igual al barro para que la obra diga al que la hizo: "No me ha hecho él", y la vasija diga de su alfarero: "No entiende nada"? (Isaías 29, 16)
o como se quiebra una vasija de alfarero hecha añicos sin piedad, sin que se encuentre entre sus pedazos ni un trozo para sacar fuego del brasero o para extraer agua del aljibe. (Isaías 30, 14)
Yo lo suscité desde el Norte, y él vino; desde el Oriente lo llamé por su nombre. Él pisotea a los gobernantes como barro, como un alfarero que pisa la arcilla. (Isaías 41, 25)
¡Ay del que desafía al que lo modela, siendo sólo un tiesto entre los tiestos de la tierra! ¿Acaso la arcilla dice al alfarero: "¿Qué haces?" o "Tu obra no tiene asas"? (Isaías 45, 9)
Pero tú, Señor, eres nuestro padre, nosotros somos la arcilla, y tu, nuestro alfarero: ¡todos somos la obra de tus manos! (Isaías 64, 7)
"Baja ahora mismo al taller del alfarero, y allí te haré oír mis palabras". (Jeremías 18, 2)
Yo bajé al taller del alfarero, mientras él trabajaba en el torno. (Jeremías 18, 3)
Y cuando la vasija que estaba haciendo le salía mal, como suele pasar con la arcilla en manos del alfarero, él volvía a hacer otra, según le parecía mejor. (Jeremías 18, 4)